La independencia de Cataluña enfrenta, entre otros aspectos, que el gobierno español reconozca la ampliación de mayores libertades jurídicas, resultado de las reformas al estatuto de autonomía de esa región, que fueron aprobadas por una mayoría de diputados del Parlamento, explica el economista Arcadi Oliveres Boadella (Barcelona 1945).

El especialista señala que a la muerte de Francisco Franco empezó lo que se llama en España el periodo de transición política y social, cambiando la situación de ciertas estructuras de poder a formas más democráticas, pero que al final de cuentas no satisfacen ni cumplen de manera cabal el reclamo de independencia de Cataluña.

“Ese estatuto de autonomía ha dado una respuesta satisfactoria fundamentalmente en lo que se refiere a la lengua y la cultura, pero respecto del esquema legal, éste ha quedado corto para el reclamo de los catalanes. Por ello se hizo una reforma al estatuto para ampliar las libertades.

Ello fue aprobado por una mayoría aplastante de los diputados del Parlamento de Cataluña, pero fue rechazado en Madrid por el Tribunal Constitucional. Éste argumentó que lo aprobado en Cataluña superaba lo que la Constitución española permitía en lo que toca a las autonomías y que, por tanto, borraba del mapa no el estatuto, pero sí esas ampliaciones.

Ante la negativa a reconocer la ampliación del estatuto de autonomía, el movimiento catalán, que en 2010 comenzó con unas 500 mil personas, hoy agrupa a unos 2 millones que salen a la calle cada 11 de septiembre, con el reclamo de la independencia.

Oliveres, reconocido académico y activista social, ha sido presidente de Justicia y Paz, y vicepresidente de la Federación Catalana para la Paz.

Junto con la monja benedictina Teresa Forcades, es impulsor del Procés Constituent, el cual propone un debate ciudadano para promover una candidatura unitaria al Parlamento de Cataluña que abra un proceso constituyente por un cambio social.

Polarización de fuerzas políticas

De visita en el país para realizar varias conferencias en las ciudades de México y Guadalajara, en charla con La Jornada, Arcadi Oliveres afirma: En este momento los cálculos dicen que aproximadamente la mitad de la población catalana quiere la independencia. Eso significa que aún hay que caminar más en ese proceso, que se ha visto favorecido de cierta forma por la crisis social derivada de la debacle económica.

Como siguiente paso, añade, se debe estar pendiente de los comicios previstos el 27 de septiembre para el Parlamento catalán, pues hay partidos políticos en favor de la independencia, otros con una posición ambigua y otros se declaran en contra. Habrá que ver cuáles son los resultados. Aparte están las elecciones generales en España, a finales de año o principios del siguiente, con las que podría llegar un gobierno más flexible.

Hoy, dice, hay una enorme cerrazón del actual gobierno de derecha, que sostiene la idea sagrada de la unidad de España, sin ninguna base científica ni lógica que diga que no se puede romper.

Para Oliveres es importante no dejarse llevar por cierto optimismos pues, advierte, estás manifestaciones eufóricas, el ir creciendo cada año de medio millón, a un millón, hasta más de 2 millones de personas, lo que refleja es una ilusión de la próximidad casi inmediata de la independencia. Pienso que la gente se imagina que con tantas personas en la calle la independencia sería cosa de pasado mañana. Y mucho me temo que todavía hay que ir avanzando de manera paulatina.

Estoy convencido de que el avance se producirá, que Cataluña será independiente no por dinero, sino porque somos un pueblo, una lengua, una historia, una cultura y una nación.

Oliveres ofreció una conferencia ayer en el Centro Universitario de Ciencias Económicas y Administrativas, en Zapopan, Jalisco. En la ciudad de México dará tres: Escuela Nacional de Antropología e Historia (hoy a las 12 horas); Cafebrería El Péndulo, de Polanco (jueves 30, a las 9 horas), y Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (el mismo día a las 12 horas).