Útil para procesar las 780 toneladas de residuos orgánicos diarios de la Central de Abasto
En trabajo interdisciplinario diseñaron un biodigestor anaerobio, que de ser instalado contribuirá a lograr la sustentabilidad energética del mercado más grande de América Latina
Miércoles 6 de mayo de 2015, p. 2
Académicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollan tecnología para convertir en gas y electricidad las 780 toneladas de residuos orgánicos que a diario se producen en la Central de Abasto de la ciudad de México.
Diseñaron un biodigestor anaerobio y realizaron un estudio de viabilidad. De instalarse, este sistema contribuirá a lograr la sustentabilidad energética del mercado más grande de América Latina.
Se trata del un proyecto multidisciplinario dirigido por Luis Raúl Tovar Gálvez, especialista del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Participan también María Eugenia Gutiérrez Castillo, investigadora del mismo centro; Pedro Quinto Diez, de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (Esime), unidad Zacatenco, y José Gilberto Reséndiz Romero, del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales.
Actualmente los residuos orgánicos de la central se depositan en rellenos sanitarios de los estados de México y Morelos, lo que implica gasto de combustible para el traslado diario y la generación de bióxido de carbono (CO2), lo cual contribuye al calentamiento global y al incremento de la huella de carbono.
Este modelo de gestión de la basura es el que se usa en otras 60 centrales de abasto del país. Pero si esos desechos se procesaran mediante un sistema como el de los politécnicos, resolveríamos el problema de la contaminación en forma racional, porque estaríamos generando energía
, indicó Reséndiz Romero.
Con el biodigestor la basura orgánica sería descompuesta por bacterias –que actúan en ausencia de oxígeno– en biogás y en otros compuesto. El primero tiene un alto contenido de metano, por lo que puede ser empleado por sí sólo o para generar energía mediante motores, turbinas o calderas.
Según los cálculos realizados, el biogás potencial que se generaría al año mediante el biodigestor que se instalaría en la Central capitalina representaría 285 mil toneladas de residuos orgánicos que no irían a rellenos sanitarios. Aunque la idea es que paulatinamente, sistemas similares se instalen en otras centrales de abasto del país.
De aprobarse la instalación del biodigestor, estratégicamente se aplicaría en tres etapas; se comenzaría por procesar 50 toneladas de desechos, después 120 y posteriormente 180. El escenario deseable es que se dé una gestión integral de los residuos sólidos en la Central de Abasto.
La posibilidad de que se ponga a funcionar este desarrollo tecnológico debe ser aprobada por el Fideicomiso de la Central de Abasto. Por ello, el equipo de investigadores del IPN sostendrá pláticas con dicho organismo para mostrar los beneficios de la tecnología y así poder aplicarla. Reséndiz Romero señaló que el proyecto es ampliamente viable y que las autoridades del Gobierno del Distrito Federal, ante el cierre del Bordo Poniente, están interesadas en la generación de energía a partir de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos a través del digestor anaeróbico.