Nacionalistas escoceses, posible tercera fuerza en la elección de hoy
Jueves 7 de mayo de 2015, p. 23
Londres.
El primer ministro británico, David Cameron, pidió a los votantes que le concedan cinco años más
de mandato, mientras el laborista Ed Miliband y otros líderes de fracciones políticas culminaron este miércoles sus recorridos de campaña por toda Gran Bretaña en busca del voto para las elecciones que se celebran este jueves.
Según los sondeos de intención de voto, los conservadores de Cameron y los laboristas de Miliband están empatados y ninguno logrará mayoría en el Parlamento. Según las encuestas, los Tories tienen 35 por ciento de la intención de voto frente a 32 por ciento del Partido Laborista.
Cameron ha prometido realizar un referendo sobre si el país debería permanecer o no en la Unión Europea (UE), en caso de que continúe en el poder. Y las encuestas sugieren que los nacionalistas escoceses podrían emerger como el tercer partido más importante, pese a haber perdido un plebiscito el año pasado sobre la escisión de Escocia del Reino Unido.
Las plataformas electorales de conservadores y católicos son muy similares, según señalan numerosos analistas políticos. Ambas formaciones proponen reducir el déficit, actualmente de 5. 7 por ciento del producto interno bruto; la única diferencia es la velocidad de ejecución. Los laboristas abogan por hacerlo gradualmente y los conservadores quieren suprimirlo en 2018, recortando el gasto social en 16 mil millones de euros que se destinarán, en parte, a financiar 3 millones de puestos de aprendices.
Los laboristas quieren limitar el gasto social y proponen un aumento del salario mínimo por encima de los 11 euros la hora.
El Servicio Nacional de Salud es la principal preocupación de los electores británicos, por delante de los precios, los salarios y la inmigración.
Acusados por la oposición de intentar privatizarlo, los conservadores se han comprometido a invertir poco más de 11 mil millones de euros anuales de aquí a 2020 sin detallar el origen de los fondos. Los laboristas han prometido 13 mil 600 millones de euros financiados por los impuestos.
“En el peor de los casos –y no estoy haciendo una predicción– los efectos de que se tome una decisión equivocada podrían implicar que por varios años se pierdan dos uniones que han sido cruciales para la prosperidad y la forma de vida de todos en Gran Bretaña”, dijo Nick Clegg, viceprimer ministro y líder de los Liberales Demócratas que forman, junto con los conservadores, la coalición que gobierna al país actualmente.
Hace cinco años, Gran Bretaña vio surgir su primera coalición de gobierno desde la Segunda Guerra Mundial, cuando Cameron no consiguió la mayoría electoral y selló una alianza con el partido centrista de Clegg para gobernar juntos y repuntar la economía.
Muchos británicos piensan que se trató de un caso único. Pero el ascenso de partidos más pequeños como el independentista Partido Nacional de Escocia y el Partido de la Independencia de Reino Unido, movimiento que rechaza la asociación con la UE, ha restado apoyo a los dos grupos políticos tradicionales.