Jugar con fuego, arriesgarse, enamorarse del tema y retomar los proyectos fueron algunos consejos que la estadunidense Julie Taymor, compartió con las personas, en su mayoría jóvenes, que acudieron a la plática que la directora de teatro, comedia musical, ópera y cine sostuvo con el escritor y director de teatro David Olguín, como parte de la cátedra Ingmar Bergman de cine y teatro que imparte la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El público, integrado por actores en formación, diseñadores, personas que se dedicarán a las artes escénicas, llegó con más de dos horas de antelación al Teatro Juan Ruiz de Alarcón para recoger su boleto y hacer fila.

Taymor, quien está en México para supervisar el montaje de El Rey León, obra musical estrenada en Broadway en 1997, y la más taquillera de todos los tiempos, no los defraudó. Recién llegada de Puebla con su marido, el compositor Elliot Goldenthal, contestó preguntas y se explayó respecto de su formación.

Apenas concluida su carrera consiguió una beca para continuar sus estudios en Indonesia. Recordó que a la mitad de su estancia de cuatro años se encontró en medio de una plaza donde se efectuaba un rito de iniciación de hombres jóvenes. De repente, en la oscuridad, apareció un grupo de viejos que bailó para aparentemente nadie hasta que se dio cuenta de que era para Dios; no era una actuación, sino una devoción.

Esa experiencia fue seminal para Taymor, al grado de que en seguida formó su propia compañía teatral. Si dejó de ser actriz a los 21 años fue porque tenía muchas historias que contar.

Directora del filme Frida, 2002

Quizás en México Julie Taymor sea más conocida como directora de la película Frida (2002), que estelarizó Salma Hayek. Su empresa más reciente es el montaje del monólogo off Broadway, Grounded, con la actriz Anne Hathaway.

Grounded aborda el tema de la guerra con drones, ya que gira en torno a una piloto de acción que de repente necesita viajar desde los suburbios de Las Vegas a un tráiler (una casa remolque) en el desierto para matar personas al otro lado del mundo, también en el desierto. A Taymor le atrajeron los aspectos político y social de esa obra de teatro.

Respecto de su modo de trabajar, Taymor dijo que al iniciar una puesta en escena o película, siempre busca una imagen esencial que llama ideográfica. Es decir, abstrae un concepto simple como es el círculo en El Rey León, que se repite a lo largo de la obra aunque sea de manera simbólica.

En muchas de sus producciones Taymor emplea la máscara, accesorio que permite a todo el mundo ser cualquier cosa. Es la oportunidad de contar todo tipo de historias. El uso de máscaras y títeres en realidad dan mayor libertad. Además, el poder de la máscara nos remite al origen del teatro; el primer actor fue un chamán.

Taymor ha realizado muchos montajes de las obras de Shakespeare. Olguín quiso saber cómo trabaja la violencia en el escenario, pues las personas de teatro hemos estado en una discusión teórica sobre nuestra respuesta justamente a un México que de alguna manera es un circo romano.

Para Taymor tratar la violencia tiene que ver con un punto de vista. El público puede sentir el horror, pero también se aparta para que el aspecto poético mueva su espíritu, mente y corazón, no sólo la tripa.

(El Rey León se estrenó anoche en el teatro Telcel.)