El proceso electoral que se lleva a cabo en la ciudad de México –que tendrá uno de sus puntos culminantes el próximo 7 de junio– está plagado de anomalías, reparto de tinacos, uniformes, despensas y tarjetas de apoyo; siguen condicionándose los programas sociales; continúa el uso político de recursos humanos y materiales de las delegaciones, y se presumen rebases de topes de gastos de campaña, y todo eso sin que el gobierno capitalino y las autoridades electorales federales o locales logren frenarlo o sancionar esas conductas de manera ejemplar.

Así lo resumieron ayer representantes de 18 organizaciones de observadores electorales acreditadas por el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), quienes hicieron un llamado al Jefe de Gobierno del Distrito Federal a que ponga un alto a esa situación, y al IEDF, al Tribunal Electoral local y a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, dependiente de la Procuraduría General de la República, a que actúen de manera enérgica frente a esos hechos. Incluso, nos den la sorpresa y retiren la candidatura a alguno de los infractores o metan a la carcel a algún funcionario público.

Durante la instalación de la Red de Observación Electoral y en conferencia de prensa posterior, representantes de asociaciones como Tendiendo Puentes, Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide) y Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) lamentaron que esas conductas se denuncian en todos lados y no pasa nada, por lo cual criticaron las omisiones de esas autoridades.

Jorge Serrano Arenas, de Tendiendo Puentes, pidió a los consejeros del IEDF presentes en el acto oficial que hicieran un llamado enérgico al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, para que intervenga.

José Luis Beato, líder de la Coparmex, manifestó que hay candidatos a jefes delegacionales, por ejemplo a Gustavo A. Madero, Coyoacán, Iztacalco y Miguel Hidalgo, que han rebasado los topes de gastos en sus campañas, y si bien no detalló cifras sobre el dinero erogado, dijo: Nada más hay que ver el despliegue de mantas, lonas y actos que organizan para darse cuenta de ello.