Trabajar fue uno de los motivos principales por los que Philip Bragar (Nueva York, 1925) decidió vivir en México, lo cual se remonta a 1954. Otro fue la gente de este país, que lo ha tratado siempre de manera espléndida.

Así lo reconoció el artista neoyorquino-mexicano durante el homenaje que recibió la noche del miércoles en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Para mí es un honor estar en Bellas Artes. Tengo años trabajando en este país y recuerdo que cuando vine por primera vez pensaba que regresaría para dedicar mi vida a dibujar y pintar; porque desde la frontera con Estados Unidos hasta la de Guatemala aquí hay paisajes fantásticos, sostuvo.

Una de las razones por las que vine fue a trabajar y también me cayó bien la gente; siempre me han tratado muy bien, y estoy muy agradecido por eso. Muchas gracias, de todo corazón.

Escueto y emotivo fue el agradecimiento que el pintor, escultor, grabador y dibujante hizo al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) por ese reconocimiento a su trayectoria y sus aportaciones al ámbito artístico del país.

Recibe diploma del INBA

Con la gallardía de sus 90 años a cuestas, cumplidos apenas el pasado 10 de mayo, Philip Bragar se dejó querer a lo largo de la casi hora de ese acto, en el cual recibió un diploma de manos de la titular del INBA, María Cristina García Cepeda.

Vestido de impecable etiqueta, el homenajeado se mantuvo atento y sonriente durante las intervenciones de sus amigos y colegas Eloy Tarsicio y Aldo Flores, quienes hicieron una especie de perfil respecto de su obra y legado.

Lo mismo ocurrió durante la participación del presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, quien definió a Bragar como una presencia extraordinariamente significativa para México.

Y lo es, explicó el funcionario, porque con su espíritu rebelde y su trabajo propuso una visión nueva sobre el país, además de su vocación y generosidad para compartir sus dones y talentos con varias generaciones de artistas nacionales.

Eloy Tarsicio fue quien más se extendió en ponderar la relación de Philip Bragar con el arte mexicano, así como sus aportaciones e influencia en éste.

Entre otros aspectos, lo consideró referente y guía para las nuevas generaciones de artistas. También recordó cómo logró construir una visión propia y completamente diferente a la que tenían los creadores insertos en los movimientos y corrientes que prevalecían en el país al momento de su llegada, en particular la Escuela Mexicana y la Ruptura.

La de Philip Bragar, en su sencillez, en su simpleza, es una obra profunda y conmovedora, señaló Eloy Tarsicio, quien propuso el montaje de una magna exposición en Bellas Artes en homenaje al artista, mientras Aldo Flores fue más allá y planteó la creación de un museo dedicado a su obra.

Los festejos por las nueve décadas de este creador, como informó La Jornada, proseguirán mañana con la creación de una pieza colectiva 16 Bragar In Action 90 y 100 más, en la que participará más de un centenar de artistas, entre pintores, escultores, fotógrafos, videoastas y músicos.

Figuran Francisco Toledo, Gabriel Macotela, Alberto Blanco, Irma Palacios, Alberto Castro Leñero, Rogelio Cuéllar, Roger von Gunten y Arturo Rivera.