Adelantarse a la Fed tendría más costos que beneficios, afirma
Viernes 15 de mayo de 2015, p. 25
La actividad económica entró en fase de desaceleración, respecto del ritmo que mostró a finales del año pasado. En ese contexto, y ante un entorno financiero internacional que se anticipa volátil, el Banco de México tomó la decisión de no aumentar su tasa de interés de referencia –que marca el nivel de los réditos para deudas de empresas y personas– hasta en tanto no lo haga la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos. Adelantarse, sostuvo, tendría más costos que beneficios para la actividad económica.
Los factores que han causado la desaceleración económica en los primeros meses del año, de acuerdo con el banco central, son la caída en la producción de petróleo –en el primer cuatrimestre del año Petróleos Mexicanos produjo 9 millones 103 mil barriles, 851 mil barriles menos que en igual periodo de 2014– y el menor ritmo de actividad en Estados Unidos, destino de 85 por ciento de las exportaciones mexicanas.
En un entorno internacional que se presenta complejo por el efecto del esperado incremento de las tasas de interés en Estados Unidos, en variables como el tipo de cambio y el costo del financiamiento, el organismo pidió una instrumentación creíble
del compromiso del gobierno federal de reducir a cero el déficit fiscal al término de la actual administración, en 2018.
Un tema de primordial importancia ha sido el referente al momento más apropiado para que el Banco de México ajuste su postura de política monetaria. En este sentido, la mayoría de los miembros concordó en que tomando en consideración el reciente ajuste fiscal y que las expectativas de inflación están bien ancladas, adelantarse a la Reserva Federal (banco central de Estados Unidos) tendría más costos que beneficios, lo que podría afectar la recuperación económica en México
, menciona la minuta que recoge la deliberación de la junta de gobierno hace dos semanas, cuando decidió mantener en 3 por ciento su tasa de interés de referencia.
Un miembro de la junta argumentó que ante el complejo entorno internacional, la consolidación fiscal –reducción del déficit– es la respuesta apropiada de política macroeconómica, y que de implementarse de manera creíble no habría premura para ajustar la tasa de referencia.
El saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público, la medida más amplia de la deuda, fue equivalente al cierre de 2014 a 41 puntos del PIB, 5.7 por ciento más que en diciembre de 2012.