Cannes.

Un ejército de mujeres artistas asedia en estos días la Croisette, para recordar al mundo que el llamado sexo débil no tiene nada de débil, poner fin a viejas discriminaciones y decir basta a quien aún intentan relegar la presencia femenina en un ambiente tan restringido.

La sensación general es que en su 68 edición Cannes está poniendo mucho empeño en borrar los incidentes sexistas y las acusaciones de discriminación contra el género femenino por su escasa presencia en la programación de años anteriores, lo cual ha provocado serias protestas en la Riviera Francesa.

Con la frente en alto, el filme de apertura de este maratón cinematográfico, que durará 12 días, es cine social firmado por la francesa Emmanuelle Bercot, primera directora que inaugura el festival desde 1986.

La intérprete de esta historia, con poco glamur pero mucha reflexión, es Catherine Deneuve en el papel de una juez de menores que ayuda a rehabilitar a un adolescente descarriado, a punto de convertirse en un asiduo residente de cárceles.

Ingrid Bergman, homenajeada

La fiesta del séptimo arte, la más prestigiosa del mundo, tomará vida día a día bajo los ojos sonrientes y luminosos de la legendaria actriz Ingrid Bergman, homenajeada con su imagen en el cartel de esta edición.

Esa mirada será testigo de Women in Motion, encuentro organizado por la Fundación Kering (imperio multinacional, nuevo auspiciante oficial del festival, integrado por Gucci, Saint Laurent, Brioni, Bottega Veneta, Alexander McQueen, Stella McCartney), donde tomarán la palabra Isabella Rossellini, Salma Hayek, Isabelle Huppert y Rebecca Zlotowski.

También observará la Palma de Oro de honor, atribuida por primera vez en la historia a una mujer, la actriz Agnes Varda, de 86 años, cara de la nouvelle vague. Asimismo, el panel promovido por la revista Variety con UN Woman, de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que se ocupa de la igualdad del género.

La portada del magazine Le Monde está ilustrada con un primer plano de la actriz estadunidense Natalie Portman, quien debuta hoy aquí como cinerrealizadora con Una historia de amor y oscuridad.

La cuarta entrega del blockbuster estadunidese Mad Max se centra en una heroica Charlize Theron en el papel de Imperator Furiosa. Entre persecuciones vertiginosas y desbordante acción, aun rapada y guerrera, es un triunfo de feminidad. Jamás me sentí más mujer, enfatizó. Así, mientras en Hollywood se protesta contra la constante discriminación de las mujeres cineastas, en Cannes se busca ahora exaltar la visión del género femenino, delante y detrás de la cámara.

En las historias de las películas, el sentir femenino sale a flor de piel en todos sus modos y orígenes posibles, ya sea narrando pasiones prohibidas, infelicidad conyugal o amores incestuosos. Cuando no hay atracción fatal, existe siempre una determinación lúcida de las protagonistas, como en dos de los tres filmes italianos en competencia, donde la perspectiva femenina predomina.

Si Nanni Moretti habla en Mia madre sobre la pérdida de una figura tan relevante como la materna, Matteo Garrone ha elegido en la opulenta, pero grotesca historia fabulesca Il racconto dei racconti, tres apologías de mujeres, colmadas de referencias universales.

La actriz mexicana Salma Hayek, en una de sus mejores interpretaciones, fue la estrella del día. Ella lo sabe de sobra: Estoy muy orgullosa de mis raíces y muy agradecida con la vida por ser quien soy, por la oportunidad que me ha dado de conocer otras culturas. Aunque también sería feliz interpretando a un hombre en la pantalla, bromeó.