La maleta mexicana recupera una legendaria historia real
terreno peligroso
El autor Guillermo Chao aborda el caso del archivo fotográfico de la guerra civil española desaparecido 70 años y hallado en 2007 en el DF
Lunes 18 de mayo de 2015, p. a10
El de la novela histórica es un terreno peligroso
, según el escritor y periodista veracruzano Guillermo Chao (Tuxpan, 1946), debido a que exige sortear con habilidad extrema los escabrosos límites entre la realidad y la ficción.
Es un género muy complejo, porque en ocasiones los sucesos cabales rebasan los límites de toda imaginación y, entonces, quizás a ciertos lectores les parezcan exageraciones o, de plano, mentiras
, explica.
Pero hay también quienes piensan que los personajes y las circunstancias se quedan muy cortos y, por lo mismo, resultan inverosímiles. Ese es el dilema perenne para quien hace novela histórica, el de saber encontrar la balanza fiel entre lo verdadero y lo falso.
Las anteriores precisiones del también profesor de periodismo en la Universidad Iberoamericana tienen que ver con su libro más reciente, La maleta mexicana, en el cual recupera de manera novelada una apasionante y legendaria historia real.
Ésta tiene que ver con una serie de tres cajas con alrededor de 4 mil 500 imágenes inéditas de la guerra civil española tomadas por tres grandes leyendas de la fotografía del siglo XX: Robert Capa, Gerda Taro y David Chim Seymour.
Tal archivo estuvo desaparecido durante casi siete décadas, desde que debió ser sacado con apremio de un estudio en París, Francia, en 1939, a raíz de la incursión nazi, hasta que de forma un tanto azarosa fue encontrado en 2007 en una glamurosa colonia de la ciudad de México, la Condesa, en la casa de un general ya fallecido.
¿Cómo fue que esos negativos llegaron de la capital francesa a la mexicana y quiénes fueron los personajes que incluso arriesgaron sus vidas para salvar tal material, el mayor testimonio gráfico de la España franquista? Justo, ésa es la madeja que desenreda este volumen, publica por Editorial Planeta.
De acuerdo con Guillermo Chao, esta novela, además de dar cuenta fiel de una historia que en varios aspectos es increíble, incluso cinematográfica
, representa un acto de justicia para aquellas personas que de manera directa o indirecta intervinieron para la sobrevivencia y la preservación de ese tesoro gráfico.
Entre ellos, menciona al poeta y periodista mexicano Renato Leduc, la pintora inglesa Leonora Carrington y el fotógrafo húngaro Emerico Imre (Chiki) Weiz, quienes son parte de una urdimbre de coincidencias y casualidades difíciles de creer que tienen lugar a lo largo del texto y la historia real.
El autor señala que esta novela fue planeada en principio como reportaje, a partir del material que había recopilado para la serie de televisión Historia de una foto. Cambió su decisión inicial, dice, debido a que la propia historia exigía una manera distinta de ser contada.
Vindicar a los artistas anónimos
Quise hacer una historia sobre aristas desconocidas de la Maleta mexicana. Parece que llegó a Estados Unidos como por arte de magia; nunca se ha ahondado en cómo logró salvarse ni cómo es que está en ese país. Mi afán es reivindicar esa historia y a los personajes implicados. Hay una gran deuda de gratitud para con ellos
, indica.
Tal omisión, su decir, no es gratuita, pues tiene que ver con el expolio, el despojo
que hizo de esa colección el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York, fundado por Cornell Capa, hermano de Roberto, entidad que resguarda los negativos.
No podían haber sacado del país algo como esto, que es un tesoro artístico. Es muy diferente como llega esa maleta a México a como lo hace a Estados Unidos. A nuestro país llegó en una situación trágica, de guerra; allá no
, finaliza.