Las candidaturas independientes son un fracaso. Ello se demuestra porque no se registraron más de dos o tres decenas en todo el país, señaló el investigador Álvaro Arreola, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

En relación con Jaime Rodríguez El Bronco, quien contiende por la gubernatura de Nuevo León en esa modalidad, consideró que el relativo triunfo que puede tener se debe al apoyo que ha recibido de los Garza Sada, uno de los grupos empresariales más importante del país.

Destacó que no hay posibilidad de que un candidato independiente gane a un partido político si no es con un respaldo económico enorme.

En el caso de El Bronco, quien por diversos motivos está peleado con el PRI y el PAN, dijo, ha decidido jugar por sí solo y el sostén viene del principal grupo de poder económico de la entidad.

Frente a este escenario, manifestó, un eventual triunfo tendría que interpretarse como una victoria de esos empresarios, no de los ciudadanos.

Al hacer un análisis de las candidaturas sin partido, que por primera vez existen en el país a escala nacional, dijo que en la reforma política se impusieron condicionantes tales para su registro que quedaron en meras figura de decoración. Entre las normas que deben cumplir, resaltó la presentación de quienes son los simpatizantes desde antes que proceda la elección.

También expuso Arreola que quienes ahora son candidatos independientes tienen un pasado partidista. No hay uno solo que sea profesionista liberal o persona reconocida en su comunidad.

Todos estuvieron vinculados a esos institutos, pero ahora reniegan y se presentan como ciudadanos, lo cual no es más que gatopardismo.

Especializado en temas político electorales del estado de México, el académico consideró necesario modificar la legislación electoral, con el fin de que no haya tantos obstáculos para el inscripción de los independientes.

Por su lado, el politólogo León Zayas, de la Universidad Iberoamericana, señaló que las autoridades mantienen en la incertidumbre el proceso electoral por no ultimar las reglas sobre las candidaturas sin partido.

Añadió que no se esperaba que una de esas postulaciones adquiriera tanta fuerza, como la de Jaime Rodríguez, menos para una gubernatura.

El experto en estudios de opinión pública, cultura política y comportamiento electoral puntualizó que sin duda Rodríguez representa una amenaza para PRI y PAN, pero, acotó, aún falta ver qué estrategia emprenden éstos para frenar su avance, lo cual es muy diferente a que ganen adeptos y generen preferencias en el electorado.

Por último, dijo que el avance del regiomontano sin duda es reflejo del hartazgo de la ciudadanía hacia los partidos, pero también de que, aunado al desprestigio de los institutos políticos, tiene una imagen de empresario exitoso, con carisma.