Cancún, QR.

Amo el Distrito Federal, de donde soy; en la ciudad se escuchan trabajadores, tamaleros, policías, vendedores de todo tipo de mercancías; lo que ocurre en el Zócalo... una de las plazas más grandes y hermosas del mundo. Esto lo sabes cuando viajas. Pude haberme quedado en otro país, pero decidí quedarme en la capital, expresó en entrevista el pianista Héctor Infanzón, quien interpretó las composiciones de su disco Citadino, proyecto en permanente actualización, en el Oasis Jazz U Latin Fusion.

¿Cuáles son los sonidos del Distrito Federal, hoy? Infanzón lo sintetiza en Citadino con la idea base de todo lo que se oye en un día. El sonido tiene que ver con la arquitectura. Eso es lo que describimos en el espectáculo, con mi cuarteto, multimedia y comentarios sobre lo que se advierte al recorrer las calles, ir al trabajo, regresar a casa, viajar en el Metro o en los camiones.

No era el fin, pero Infanzón contribuye con Citadino a la crónica y se suma a los músicos que han dedicado parte de su inspiración a la urbe, como Chava Flores, Guadalupe Trigo, Rockdrigo González. “No soy cronista, pero las cosas se dan así; bueno, si eso me da la connotación de cronista musical... escribí mi propia experiencia. Simplemente describo lo que vivo. Procuro vivir muchas cosas para tener qué contar.

La ciudad suena a muchas cosas. ¿A qué? Esa es la pregunta que me hago todos los días. Toda esa hibridez me creaba conflicto. ¿Cuál es la música de la ciudad? Cuando uno va a Oaxaca es muy claro y lo mismo pasa en la Huasteca. En el Distrito Federal por años fue motivo de conflicto, pero cuando uno cierra los ojos en el Eje Central y avenida Juárez, y escucha todo, y cuando uno va a Garibaldi y oye toda la música, o toda la vanguardia de lo que hay en Europa. Es una hibridez.

Combinación de todo lo que vivimos

Agregó: “La ciudad es una entidad en sí misma. Cuando descubrí esto me encantó la idea. Hay una hibridez con una identidad muy particular. Puedo no decir nada, pero suena a todo, a la combinación de todo lo que vivimos.

En el fondo se trata de la creatividad del mexicano, al cual no se le cierra el mundo. Si tiene que crear algo lo hace y con mucha inventiva en todas las áreas: comercial, negocios, economía, y a un músico, menos, porque puede aprender de todos los géneros. La música mexicana suena a todo. Tiene la facilidad de asimilar.

De todo lo que Infanzón registró, en el caso de los vendedores ambulantes eligió para Citadino a una vendedora de pantaletas y a un vendedor de anteojos. La música de estas dos personas sonaba a huapango. La combiné y le puse el piano. Fue interesante hacer ese experimento: sacar la música de los pregones y convertirla en una melodía, en una pieza de huapango. En un momento dado todo parecía un ruido atosigante, pero le puse una melodía y una escala musical alrededor de los personajes.

Sobre la proyección del jazz mexicano, Infanzón consideró que falta exportación del talento mexicano. “Falta booking, profesionales de esta área que representan a los artistas. Es una parte que no ha sido explorada. A veces tenemos que ser nuestros propios promotores. Falta ese engranaje para llevar la música mexicana al extranjero. Son importantes los esfuerzos que hacen las embajadas. Es un punto. Ahora bien, llevar la música mexicana requiere de ese personaje para poder exportar”.

Necesarias, retribución y confianza

Dijo que ya se realizan festivales importantes de jazz en México, a los que se traen buenos músicos, pero es necesario que haya retribución y confianza empresarial. Ya se trae a músicos como Paul McCartney; hay confianza, pero falta la contraparte, que la haya en los artistas mexicanos. Estamos aquí y hay calidad, pero no lo vemos. Hicimos una gira recientemente a Asia y nos fue muy bien. Fue un éxito total. No saben la avidez que tienen esas culturas por escuchar lo que hacemos acá. Están abiertos a la música original. Digamos que nuestra principal arma fue llevar música original”.

Héctor Infanzón tendrá varias presentaciones a corto plazo, por lo que pidió a los lectores informarse a través de redes sociales.

Los músicos que lo acompañan son Enrique Nativitas, batería; Luis Gómez, percusión, y Adrián Infanzón, bajo.