Había reporte de lluvias, de tormentas, pero no imaginamos lo que iba a pasar
Las ventanas de las casas tronaban como si fueran una bomba
, señala testigo
Martes 26 de mayo de 2015, p. 5
Ciudad Acuña, Coah.
Minutos antes de las seis de la mañana, Eduardo Morales despertó como de costumbre entre semana. Le llevaría media hora tomar un baño y desayunar, y saldría de casa con el tiempo justo para llegar puntual a la maquiladora de sistemas electrónicos para automóviles donde trabaja desde hace siete años.
Pero este lunes fue distinto para el padre de familia de 42 años. De pronto la lluvia y el viento que durante la madrugada apaciguaron el calor se convirtieron en violentos golpeteos en las ventanas de la casa en la colonia Altos de Santa Teresa, en el sur-poniente de este fronterizo municipio.
Eduardo se asomó a la calle y vio cómo la fuerza del viento tumbó varios postes de energía eléctrica y arrasó con el cableado. Un transformador de la Comisión Federal de Electricidad cayó frente a su casa y el estruendo lo hizo reaccionar.
No tenía idea de lo que pasaba, estaba atolondrado, como hipnotizado, viendo los daños que el viento estaba causando; sacaba los postes de la luz, empezaba a mover los cables y las ventanas de las casas tronaban como si fueran una bomba
, relató.
Reacciono y voy a la recámara de mis niñas. Una estaba dormida, la otra estaba llorando; despertó por los tronidos de la ventana que se rompió; estaba entrando mucho aire y agua, y no se me ocurrió más que llevarlas a la recámara donde estaba mi esposa; nos metimos bajo la cama y esperamos a que todo pasara
, agregó.
El obrero narró: La verdad, creí que íbamos a morir. Puse a mi esposa y a mis hijas [de cinco y siete años] debajo de mí; las cubrí con mi cuerpo, creí que el techo de la casa iba a caer sobre nosotros y en esa posición trataría de cubrirlas. Esperé la muerte, pero mis hijas no lo supieron
.
Todo volaba dentro de la casa
Para Beatriz García la situación no fue distinta. El ruido de ventanas rotas y la explosión de transformadores eléctricos la despertaron. “Mi hija gritaba y nos resguardamos en el baño; vimos cómo volaban las puertas, ventanas, camas, el refrigerador, todo volaba dentro de la casa, los muebles iban y venían como si fueran papeles. El viento entraba con toda su fuerza por las puertas y las ventanas; bueno, por donde estaban las puertas y las ventanas porque el viento las arrancó.
Nos despertamos con eso. Anoche nos acostamos a dormir y todo tranquilo, había reporte de lluvias, de algunas tormentas, pero no imaginamos lo que iba a pasar casi en la mañanita. Después supimos que fue un tornado. Dios sabe lo que es eso
, comentó.
La casa se cayó
Miguel Rodríguez vive cerca de la casa de Beatriz. Cuando el tornado llegó, alcanzó a salir corriendo de su hogar, junto con su hijo de nueve años. Cuando la tormenta cesó vio su casa demolida de manera parcial; su esposa estaba dentro. Con el apoyo de vecinos, movió escombros, la rescató y trasladó a un hospital, donde convalece.
Primero fue mucho ruido, golpes, todo volaba, el viento entraba con toda la fuerza a la casa. Luego se calmó, no se oía nada y al poco ratito empezaron los lamentos, el llanto, los gritos de quienes pedían ayuda. Es lo más horrible que me ha pasado
, dijo Mari Carmen Velez, contadora pública que labora para una empresa local.
–¿Ustedes están bien? ¿Están todos bien? –pregunta un bombero a la señora Carmen Guerrero, quien mira su casa que se vino a bajo por la fuerza del viento.
–La casa se cayó, nosotros estábamos adentro, dormidos. Estamos vivos, estamos bien. Nada más Dios sabe lo que pasó, y por qué no morimos adentro.