La tasa de crecimiento de 5 por ciento anual ofrecida por el gobierno federal a partir de las reformas económicas promovidas por el presidente Enrique Peña Nieto no es alcanzable, aseguró este miércoles Gabriela Siller Pagaza, directora de análisis económico-financiero del Banco Base.

En la visión gubernamental, las reformas estructurales aumentarían la productividad a mediano y largo plazos, particularmente con la energética, pero con los precios del petróleo a la baja, la expectativa de crecimiento no es alcanzable, sostuvo Siller Pagaza.

El 9 de junio de 2014, Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda y Crédito Público, declaró en Madrid, España, que con las reformas estructurales al final de este gobierno México tiene la oportunidad de elevar estructuralmente su tasa de crecimiento, que debería estar en 5 por ciento anual, que es el doble del crecimiento que hemos tenido en promedio en los últimos años.

En las condiciones externas e internas actuales, no se ve que la economía mexicana vaya a tener más impulso que en 2014, cuando el producto interno bruto (PIB) creció 2.1 por ciento, dijo Siller Pagaza. Incluso ahora se han añadido factores externos, como la caída en el precio del petróleo y la reducción, para este año y el siguiente, del gasto público, precisamente como consecuencia de los menores ingresos obtenidos por la venta de crudo, explicó.

El gasto público contribuye con una cuarta parte del producto interno bruto, y si hay una reducción en el gasto ello tendrá efecto en el crecimiento, puntualizó.

“La expectativa de un crecimiento alto era por las reformas estructurales que promovió el gobierno en áreas como la energética, telecomunicaciones, financiera o de competencia. Por eso se hablaba del Mexican Moment”, añadió.

Pero a México lo afectó sobre todo el sector externo: el menor crecimiento de Estados Unidos y la caída en el precio del petróleo, expuso en una conferencia de prensa.

Si el gobierno quiere generar un crecimiento mayor que el obtenido en los últimos dos años (1.8 por ciento en 2013 y 2.1 por ciento en 2014) se requiere que gaste más en infraestructura, que es un tipo de actividad que genera consumo y empleo, y que dé marcha atrás en algunos de los aspectos de la reforma fiscal que elevaron las contribuciones de empresas y personas al fisco, dijo.