ONG acusan acaparamiento del mercado de alimentos
Lunes 1º de junio de 2015, p. 39
El Estado debe regular el mercado de alimentos, dominado por intermediarios y monopolios, con el fin de mantener pagos y precios justos a productores y consumidores.
Álvaro Urreta, de la Unión de Productores y Comerciantes de Hortalizas de la Central de Abasto de la ciudad de México, señaló lo anterior y expresó que los pequeños campesinos
no existen para las autoridades, pues mientras los intermediarios y acaparadores compran en 30 centavos el kilo de nopal, en las grandes cadenas de autoservicios se vende hasta en 12 pesos.
La diferencia de costo no sólo nos pega a nosotros, sino también a los clientes
, dijo, y subrayó que es importante replantear tanto el modelo económico del país como elaborar una alternativa de relación entre el consumidor y el productor.
Durante el foro Del pequeño productor al consumidor: diversidad y nutrición, que organizó la Alianza por la Salud Alimentaria, en la presentación que hizo El Barzón, éste señala que trasnacionales –entre ellas Monsanto y Pionner– venden 26 millones de bolsas de 20 kilos de semillas, es decir, 94 por ciento de la oferta del mercado, principalmente de maíz y frijol; asimismo, tienen el dominio de la propiedad intelectual y las patentes.
En la misma exposición, Alejandro Calvillo, presidente de El Poder del Consumidor, también exhibió la concentración y control del mercado agroalimentario por las grandes cadenas trasnacionales que acaparan la compra y comercialización de maíz, sorgo, frijol, pollo, carne, leche, bebidas y alimentos procesados, por mencionar algunos.
Indicó que el valor de la producción agroalimentaria, sin incluir la agroindustria, es de más de 715 mil millones de pesos, y en conjunto supera un billón de pesos, equivalente a 9 por ciento del producto interno bruto.
Sostuvo que en ese mercado participan 5 millones 325 mil unidades económicas, pero sólo 460 unidades generan 74.5 por ciento de las ventas.
La colusión, especulación y ocultamiento de productos alimenticios; la segmentación de mercados; ventas atadas; prácticas de exclusividad; fijación de precios al productor y al consumidor; precios monopólicos, y la imposición de las barreras a la competencia deben ser combatidas y sancionadas en el mercado agroalimentario. Tenemos los instrumentos y las normas. Sólo se requiere voluntad y valentía de los órganos reguladores y de los funcionarios públicos
, añadió.
En el foro, Álvaro Urreta y Plutarco Emilio García, de la Universidad Campesina del Sur, hablaron de experiencias exitosas del encuentro directo entre pequeños productores y consumidores.
Coincidieron en que se deben abrir nuevas líneas de comercialización y promover circuitos cortos basados en la producción local de alimentos para proveer a los programas sociales de abasto.