El Centro de Grabado y Gráfica Híbrida Angélica Carrasco de alguna manera quedó inaugurado con la apertura, en el Salón de la Plástica Mexicana (SPM), de una exposición de 32 piezas, entre ellas 10 huecograbados de la artista.

La finalidad del centro es apoyar los proyectos de grabadores que desean romper sus paradigmas respecto de los usos y costumbres de cómo hemos realizado la producción gráfica, expresa Carrasco (DF, 1967), quien pretende que el centro, que todavía no tiene sede propia, sea un espacio donde la imagen tenga una relectura para dar un equilibrio entre técnica y creación.

Carrasco explica que el centro nace a partir del interés de generar una cooperativa de productores y autores de gráfica. Considera que este proyecto de autogestión permitirá un poco más libertad, que estar en una institución académica que ya tiene un arraigo muy fuerte sobre la producción del grabado. Esto los beneficiará, porque podemos refrescarnos en la lectura y la reflexión de la imagen.

Al respecto, alude a la noción de gráfica híbrida, así denominada, como un procedimiento para realizar la imagen con sistemas planográficos integrados con los procesos fotomecánicos del siglo XIX. Posteriormente, hay autores como Rauchenberg que utilizan diferentes métodos de creación en la imagen, donde la finalidad no tiene que ser la reproducción.

Es un concepto flexible que me ha permitido desarrollar mis imágenes gráficas fuera de esos usos y costumbres llamados tradición en la época que nos tocó vivir en que la tradición no es tal, y que se dan por hecho muchos valores alrededor de la producción.

Durante años, Carrasco trabajó los procesos aprendidos en las escuelas, que le hicieron daño al grado de que debió dejar el grabado un par de años. Consciente de que lo no tóxico no existe, la gráfica híbrida por lo menos le permite elegir un sistema o un material que pueda cuidar la salud y dañar menos al medio ambiente.

Cuadros de magueyes

John McGhee (Nueva York, 1922), por su parte, ha expuesto pinturas de magueyes, pero para su muestra en el SPM ahora decidió hacer algo diferente al presentar a esas plantas a través del tiempo, a la manera de paisajes que integran la conquista española, los narcotraficantes y un bombardeo en Gaza. ¿Por qué? No sé. Esas cosas se les ocurren a los pintores y a veces ni se acuerdan cómo empezó la idea, contesta.

Naturalizado mexicano, Mc-Ghee siempre está pendiente de las noticias. En sus cuadros hay muestras de muerte y personas en situación precaria. “A lo mejor me he puesto algo pesimista haciendo estas cosas. He encontrado gente muerte y asesinada en el periódico La Prensa. No lo compro, pero de vez en cuando lo veo, y de allí he sacado ideas para escenas macabras”, señala. Las de la conquista provienen de códices.

En la muestra de 13 óleos también se incluyen pinturas de caballos de carrusel –específicamente el que estuvo varios años en la Plaza de la Solidaridad– y lotes de autos chocados, una escena común en Otumba, estado de México.

Las exposiciones Angélica Carrasco/Grabado y gráfica híbrida, Los magueyes de John McGhee y Juan Manuel Salazar concluirán el 11 de junio en el SPM (Colima 196, colonia Roma).