Morelia, Mich.

La elección para gobernador del estado se definirá a partir de un duelo de estructuras encargadas de la movilización a las casillas, que es la principal apuesta del PRI, y con el factor adicional de que el gobierno federal decidió no intervenir en el proceso.

El PRD exigió a la Presidencia de la República que haya juego libre, pero limpio, y ello se tradujo en una petición expresa a la administración estatal de mantenerse al margen del proceso. Aun así, un sector priísta exigió –sin éxito– fondos al gobierno de Salvador Jara para apuntalar la campaña.

Inevitablemente esos hechos se observan como una preferencia oficial hacia el candidato del sol azteca, Silvano Aureoles Conejo. Cuestionado al respecto, el delegado del CEN perredista, Jesús Zambrano, señaló: No lo ven mal en Los Pinos.

Para los priístas, ello significó echar mano de su maquinaria, con una estructura piramidal, en comicios marcados también por el movimiento de normalistas, que ayer incendiaron un autobús en Zirahuén. La Secretaría de Gobierno planteó a los estudiantes no incurrir en conductas delictivas y no interferir en el libre ejercicio del derecho al voto.

Los colaboradores del candidato del tricolor, Ascensión Orihuela Bárcenas –conocido por ser experto en operación electoral–, rechazan un abandono desde el centro.

El amigo de Beltrones

La dirigencia envió como coordinador de la estructura al ex gobernador de Colima Fernando Moreno Peña, y los priístas presumen que el presidente del partido, César Camacho Quiroz, ha visitado la entidad tres veces, y que en su gira más reciente el coordinador de los diputados federales, Manlio Fabio Beltrones, aseguró que Aureoles es su amigo, pero que su candidato es Chon Orihuela.

De manera adicional, esta elección se caracteriza por defecciones en los principales partidos, y la ruptura que provocó en el tricolor el distanciamiento del ex gobernador Fausto Vallejo, al que los priístas ven como una brasa caliente que ningún partido quiere, al menos no el PRI.

Antiguos colaboradores de Vallejo superaron su derrumbe al encontrar cobijo en la campaña de Orihuela. Y según los perredistas, otros sectores del tricolor ligados a Vallejo se sumaron a Aureoles, al que le daban el mensaje: “le traemos saludos de don F".

Vallejo ganó en 2011 la elección de gobernador con 657 mil votos, resultado del pacto para que él fuera el candidato y Jesús Reyna –actualmente preso en el penal del Altiplano por presuntos vínculos con la delincuencia organizada– el secretario de Gobierno.

Nunca hemos sido aliados con Fausto, justifica el presidente del PRI en Michoacán, Agustín Trujillo, cuando se le pregunta sobre la fisura en su partido.

El caso de Rodrigo Vallejo, hijo del ex gobernador, liberado después de un nuevo interrogatorio realizado por las autoridades tras los nuevos videos en que aparece con Servando Martínez, La Tuta, líder de Los caballeros templarios, constituye otro ingrediente de la elección.

Los priístas se apresuran a advertir que Rodrigo Vallejo no es militante del tricolor, pero que en contraste el ex gobernador está limpio, es un político respetable. Incluso en un estudio que, se sabe, mandó a hacer el PRD en febrero, el ex manadatrio estatal fue el único que resultó con más puntos positivos.

La candidata del PAN, Luisa María Calderón, enfrentó por segunda ocasión el desprestigio y repudio hacia su hermano, el ex presidente Felipe Calderón.

En el sondeo perredista, trascendió, Servando Gómez La Tuta resultó en primer lugar de rechazo, y empatados en segundo lugar se encontraban el ex gobernador Leonel Godoy y Felipe Calderón.

Además, el PAN sufrió la salida de Salvador El Chavo López, ex candidato a la gubernatura, que se sumó a Chon Orihuela, y de Germán Tena, quien fue coordinador de la campaña panista en 2011 y ahora respalda a Aureoles.

En ese contexto, el delegado panista, Alejandro Zapata Perogordo, dejó Morelia el miércoles para atender sus intereses electorales en su natal San Luis Potosí.