La comunidad LGBTT (lésbico, gay, bisexual, transexual y transgénero) e intersexual es víctima de tratos violentos y brutales, además de discriminación y acoso en todas las regiones del mundo, advirtió la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Dichos actos incluyen acuchillamientos, violación anal y mutilación genital, así como lapidación y desmembramiento.

En el informe Discriminación y violencia contra las personas por motivos de orientación sexual e identidad de género, el organismo de la ONU hace un resumen de las agresiones contra esa comunidad en la escuela, el trabajo, la vivienda, la familia, en situación de migración y en la atención a la salud, entre otros ámbitos.

Entre las preocupaciones incluye las llamadas terapias de conversión, cuyo propósito es curar la atracción homosexual. Estas terapias son consideradas poco éticas, poco científicas e ineficaces, y en algunos casos equiparables a la tortura, lo cual ha permitido impugnar con éxito su legalidad y ha posibilitado su prohibición en varios países, señala.

El informe documenta por ejemplo que la Coalición Nacional de Programas contra la Violencia de Estados Unidos informó de 18 homicidios motivados por prejuicios y 2 mil incidentes de violencia contra la comunidad diversa en ese país durante 2013.

Asimismo, los grupos terroristas pueden arremeter contra las personas LGBTT como castigo, llegando a provocar su muerte. En febrero de 2015 se publicaron fotos en las que varios hombres presuntamente acusados de actos homosexuales eran arrojados desde lo alto de una torre por los militantes del llamado Estado Islámico de Irak y Levante.

Al respecto, los especialistas de Naciones Unidas siguen expresando alarma por la violencia no letal motivada por la orientación sexual o la identidad de género de las personas.

Son ejemplo de ello los casos de hombres homosexuales que han sido secuestrados, golpeados y humillados (las grabaciones en video de estos abusos se han compartido en las redes sociales), así como los de lesbianas agredidas y violadas por su orientación sexual. También documenta situaciones de tortura.

Para combatir la violencia recomienda a los estados promulgar leyes sobre los delitos motivados por prejuicios que promuevan la homofobia y la transfobia, y que ésto sea agravante en la determinación de penas.

Asimismo, aconseja la investigación sin demora y de manera exhaustiva de los incidentes de violencia motivados por el odio y la tortura contra el colectivo, así como exigir responsabilidades a los autores y proporcionar reparación a las víctimas.

Además, que recaben y publiquen datos sobre el número y los tipos de incidentes registrados, velando al mismo tiempo por la seguridad de los denunciantes. Agrega que los estados deben prohibir la incitación al odio y la violencia por motivos de orientación sexual e identidad de género, y fincar responsabilidades a quienes pronuncien esos discursos de odio.

Entre las recomendaciones, agrega que los gobiernos velen por que no se devuelva a ninguna persona que huya de la persecución por su orientación sexual o identidad de género a un territorio donde su vida o libertad estarían amenazadas.

Sobre este tema, apremia que las leyes y las políticas de asilo reconozcan que la persecución por la orientación sexual o la identidad de género puede ser un motivo válido para una solicitud de asilo.

El organismo recomienda que se eliminen los interrogatorios intrusivos e inapropiados sobre las historias sexuales de los solicitantes de asilo y sensibilicen al personal que trata con ellos.