Fráncfort.

Fiscales alemanes allanaron oficinas de Deutsche Bank en Fráncfort, en busca de evidencia vinculada con transacciones de activos de clientes, en momentos en que el mayor prestamista de Alemania intenta superar los escollos regulatorios que condujeron a la salida de sus altos ejecutivos esta semana.

Una fuente cercana al tema declaró que la redada se vinculaba con una estrategia de devolución de impuestos de algunos clientes del banco conocida como remoción de dividendos.

El esquema consistiría en comprar una acción poco antes de perder derechos a cierto dividendo para después venderla, aprovechando una laguna legal –ahora cerrada– que permitía que tanto el comprador como el vendedor solicitaran devoluciones tributarias sobre el patrimonio.

El banco confirmó el allanamiento, pero no quiso ofrecer detalles. Un portavoz de la compañía dijo que ningún empleado ha sido acusado de malas prácticas.

La fiscalía de Fráncfort dijo que se han instrumentado medidas investigativas, pero declinó ofrecer detalles sobre el motivo de la pesquisa.

El prestamista, que anunció el domingo la salida de los copresidentes ejecutivos Anshu Jain y Juergen Fitschen, ha estado intentando mejorar su reputación en medio de problemas legales y regulatorios.

Esas dificultades han dado pie a multas y acuerdos extrajudiciales por millones de dólares.

Las autoridades han allanado reiteradamente las oficinas del banco en años recientes, en conexión con investigaciones relacionadas con el colapso del imperio mediático Kirch y un caso de fraude fiscal vinculado con operaciones de derechos de emisiones de carbono.

Por separado, una fuente expresó que la redada está ligada con el banco privado alemán Sal. Oppenheim, adquirido por Deutsche Bank en 2010, pero el banco negó esa información.