edios de comunicación, políticos de pura cepa y otros de poca monta, junto con los diversos partidos, aún no se despojan del espíritu combativo desplegado durante las pasadas elecciones. El acomodo y reacomodo de los resultados, con sus pérdidas y ganancias al canto, absorben cuanta energía disponible les queda a ese triunvirato de actores. Los ciudadanos, aturdidos por tanta palabrería, entrevistas, acusaciones y baladronadas de triunfadores, lagrimeos de los derrotados y desconcierto de oidores, hacen pedestres cuentas de su muy personal situación. Difícil, al menos por ahora, tener claro un panorama de las consecuencias del suceso. Habrá tiempos venideros para acomodar cosas y ambiciones. La misma democracia no salió airosa, entró en el rejuego de los espejos y las elucubraciones con adjetivos grandilocuentes.
El gobierno actual de esta agobiada República al parecer logró su cometido: juntar los votos (en alianza) suficientes para una mayoría determinante en la cámara baja. Sólo, el PRI, será una mayoría entre minorías y saldrá de caza para pescar ocasionales o permanentes colaboracionistas. Pero no podrá, según el proyectado número de diputados conjuntos, dominar una cámara que, según sus cálculos, le urge asegurar para ciertos planes. Una cosa es cierta: la gobernanza seguirá siendo un acuoso intangible que se les escurre entre errores y tanteos. El costo de sus alianzas, en especial con los tristemente encajosos negociantes verdes, todavía no le aprieta el costillar. Cuando Ejecutivo y PRI requieran algo de la escasa legitimidad que les balda, no podrán evadirlos por más tiempo. Los verdes son y serán un fardo de ilegitimidad que hará pesada la tarea pendiente para toda la concurrencia.
Los panistas salen apenas librados de sus muchos pleitos y tonterías. Sabrán vender su colaboración para que el modelo vigente siga siendo la hoja de ruta panorámica, sin importar los terribles daños que causa a la población. Los panistas siempre han fijado su vista y ambiciones en la plutocracia y, para servirle como es debido, apelan a los buenos modales y fina imagen de la supuesta gente bien. En su larga travesía por el rejuego del poder no han mostrado cosa alguna que se asemeje a un horizonte asequible, atractivo para las mayorías. En este periodo electivo se fueron acomodando poco a poco para, finalmente, situarse como una segundona fuerza partidista. Lograr más que eso, queda fuera de las posibilidades y luces de sus abanderados. Del PRD se hablará ya poco y, menos aún, de sus acomodaticios negociadores de una supuesta modernidad. Alardean de ser, ellos mismos, una tercera fuerza camaral y, por el conteo, eso y no más de eso, parece que, por ahora al menos, serán.
Mientras los humores que recorren las cúpulas decisorias se despejan, la realidad, vuelve a mostrar su horrenda cara de miseria y despojo creciente, esta vez alumbrada desde el mero oráculo neoliberal: el Banco Mundial (BM). Su reciente estudio de la pobreza laboral no tiene, desgraciadamente, desperdicio. México fue el único país latinoamericano que, últimamente, aumentó su pobreza, la causada por el ingreso laboral. Una verdadera tragedia que, sin embargo, es la desembocadura natural de la dichosa reforma laboral, esa que tanto ponderan las élites como una solución verdadera. No se puede seguir por ese rumbo, no es humano. Pero poco arredra a los financieros públicos y sus compinches del sector privado y la comunicación. La cantaleta de la productividad sigue picoteando las oportunidades de una vida digna para los mexicanos, en especial para esos que se encuentran bajo el umbral de los cuatro dólares diarios de salario. Tal segmento creció (BM) 10 por ciento cuando países como Argentina, Brasil o Perú la redujeron de manera significativa.
El rostro que dejó vislumbrar Morena en estas elecciones, no por esperado es sorprendente. Solos, contra un feroz ambiente en contrario, pudieron, en su primara prueba ante el votante, capturar ese 9 por ciento que será sólida base para su despegue. Las baterías del sistema, que ya los habían identificado, no los dejarán de cañonear de aquí en adelante. Las condiciones que se reflejan en el estudio del BM serán, qué duda, un basamento para su progresión. Todos los demás partidos que aprobaron esas reformas que, alegan, darán resultados a largo plazo, no tomaron en cuenta los fallecimientos de hambre y sueños rotos que tapizarán sus mentirosos beneficios futuros.