Recuerdan en Tlapa la represión de que fueron víctimas
En Guerrero impusieron a sangre y fuego los comicios
Miércoles 10 de junio de 2015, p. 10
Tlapa, Gro.
¡No mataron a cualquiera, mataron al comandante!
, grita el orador, y estallan los aplausos que se estrellan con las lágrimas de las jóvenes, las repetitivas consignas de sangre que no se olvidan, la ausencia de los taxistas de la CTM que hace unos días arrebataron el palacio municipal a los organizadores del boicot electoral.
Es el sepelio de Antonio Vivar Díaz, muerto de un tiro disparado por un elemento de la Policía Federal (PF) desde el templo de Nuestra Señora de Guadalupe el pasado domingo.
Vivar, de 28 años, era jefe de seguridad
del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) en este municipio, y pasante de licenciatura por la Universidad Pedagógica Nacional.
El comandante es velado bajo un techo de láminas de cartón. Un ataúd blanco y azul pastel contrasta con las mantas y los libros que lo acompañan: todos dedicados a Ernesto Guevara de la Serna.
Desde tempano comienzan a reunirse las que serán miles de personas, la mayoría jóvenes, porque Vivar tenía ascendencia sobre las personas de su edad, fiestero y medio pandillero en sus mocedades, líder de guitarra y micrófono desde los asesinatos de normalistas en diciembre de 2011.
No parece fortuito que haya sido él
, dice el antropólogo Abel Barrera, su maestro durante cuatro años.
Barrera narra retazos de lo ocurrido en estos días, particularmente el domingo, en esta la principal ciudad de La Montaña de Guerrero. Va y viene en episodios, nombres y fechas. Pero el caso es que ha ido acopiando evidencias de que el gobierno ya traía ubicados
a los líderes del movimiento que pretendía boicotear las elecciones.
“Cuando quemaron la camioneta (episodio que desencadenó la actuación policiaca) hablé con una autoridad que me dijo: ‘sabemos que fue Arnulfo Zerón (uno de los principales líderes del MPG’, así, sin pruebas ni nada; tampoco fue casual la golpiza que le dieron al maestro Juan Tenorio (líder de la Coordinatora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero, Ceteg). Cuando decidieron actuar fueron directamente a la sede de la coordinadora, donde detuvieron a nueve personas (seis maestros, dos profesoras y un menor de edad), de las cuales ninguna era dirigente”.
Acción policiaca salvaje
La acción de la PF, coordinada directamente por el comisionado Enrique Galindo, quien se apersonó en esta ciudad, fue, define Barrera, desproporcionada, salvaje, con armas de fuego
.
La actuación de las fuerzas federales fue antecedida, el viernes pasado, del desalojo del palacio municipal que el MPG tenía tomado, a cargo de taxistas afiliados al PRI, y a quienes llevaron los garrotes en una camioneta del Partido Verde
.
El resultado de las dos confrontaciones, dice el ganador del premio de la Fundación Kennedy, es una ciudad polarizada, con las colonias dispuestas a defender su territorio contra los abusos
. (Hay varias, por ejemplo, decididas a impedir el ingreso a sus calles de los sitios de taxis que participaron en la agresión).
Barrera habla mientras la gente espera la salida de la caja con los restos del comandante. La primera casa de la que se despide es la de su hermana mayor, Alma, quien compartió su crianza y le llama hijo
. Antonio ayudaba a su hermana a hacer pan, que vendían en un local de la misma vivienda.
Pensaba que había educado un mal hijo, pero al verlos aquí, veo que me equivoqué, porque él está en el corazón de todos ustedes
.
El cortejo baja una empinada cuesta y enfila hacia el centro de la ciudad. En el palacio municipal hay un breve mitin en el que se culpa a los gobiernos de todos los niveles y se gritan consignas estilo vestido de verde olivo
.
En una operación muy expedita, los detenidos fueron llevados, vía área, a Chilpancingo. A partir de ahí se desencadenaron los hechos que desembocaron en la retención de 35 elementos de la PF que los colonos exigieron intercambiar por sus detenidos, una incursión de las fuerzas federales para rescatar a sus compañeros y el asesinato de Vivar.
Antes, los detenidos fueron trasladados a la sede del 93 batallón donde, según uno de ellos –Juan Sánchez Gaspar–, pusieron a sus pies bidones de gasolina y bombas molotov para tomarles fotos.
Sánchez Gaspar fue detenido en su propia casa, sólo porque es vecino del local de la Ceteg. Dice que se metieron a la fuerza a su domicilio, supuestamente porque alguien había saltado desde la azotea del predio contiguo.
¿Eres maestro?
, le preguntaron. Y cuando dijo que sí, se lo llevaron.
Ahora resulta que traer una playera con un escudo de la normal va a ser delito
, señala un dirigente de la escuela local.
Los tlapanecos afirman que el profesor Pablo Abad fue detenido luego de que un hombre vestido de civil y encapuchado dijo positivo
, apenas lo miró.
Barrera hizo de intermediario con los gobiernos federal y estatal. Cuenta que el gobernador Rogelio Ortega le llamó para decirle que había recibido informes de que los policías, que no habían sido desarmados, estaban por ser linchados por los colonos.
Créeme que eso no va a pasar, hay un círculo de maestras que los está resguardando
, aclaró Barrera.
Los colonos exigían que los apresados fueran devueltos a Tlapa de la misma manera en que se los habían llevado, vía aérea, y el gobernador se comprometió a hacerlo en una aeronave del estado. Poco después llamó para decir que no era posible, por las condiciones climáticas, y ya no volvió a llamar.
La pesada voz oriental de Alfredo Zitarroza acompaña buena parte del cortejo. A los lados caminan madres y padres de Ayotzinapa, con los retratos de sus hijos desaparecidos.
En el local de la Ceteg, donde aún se ven las huellas de los destrozos, hablan poco después de sepelio los actores del boicot electoral. Esto prueba que siguen asesinando a los jóvenes para imponer gobiernos
, dice el amenazado Felipe de la Cruz.
No hay democracia en un país donde imponen a sangre y fuego las elecciones
, suelta Manuel Olivares, defensor de los derechos humanos y hombre con mucha influencia entre los normalistas de Ayotzinapa.
El abogado Vidulfo Morales, del Centro de Derechos Humanos la Montaña Tlachinollan, asegura que con la iniciativa de boicot, el movimiento logró que se cuestionara la legitimidad del sistema electoral.
Los organizadores del sepelio insisten tres veces en que los asistentes escuchen la grabación de una de las últimas intervenciones de Antonio Vivar en un mitin reciente. No un discurso, sino una canción que él mismo compuso y que habla de dos hermanos que buscan una iguana para llevar de comer a mi mamá y mis hermanitos
. La letra, rudimentaria y triste, pregunta en el estribillo: “Y la felicidad, ¿dónde está? Ya no la veo…”
Ah, por cierto, en Tlapa ganó el PRI.