El trabajo de mexicanos en condiciones de esclavitud se extiende más allá de las fronteras. Connacionales indocumentadas que laboran como empleadas domésticas en Estados Unidos son invisibles y laboran en condiciones infrahumanas, además de que viven amenazadas, con bajos salarios, sin prestaciones, sin derecho a la seguridad social y a veces hasta sin descansos.

Muchas de estas mexicanas realizan un trabajo esclavo y se encuentran siempre bajo la amenaza de que si hacen valer sus derechos, las denunciarán a migración para deportarlas, lo que es infame, señaló la presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios, diputada Amalia Dolores García.

En entrevista expuso que su condición de indocumentadas es el pretexto de los empleadores para violentar todos sus derechos laborales, consagrados incluso en instrumentos internacionales.

A fin de conocer la cifra de trabajadores que se encuentran en esa situación, la legisladora propuso que el Inegi incluya en los censos preguntas sobre cuántos y en qué condiciones integrantes de una familia laboran fuera del país.

Esto porque indagar en Estados Unidos esta cuestión es sumamente difícil, además de que debe descartarse que los empleadores busquen que se otorguen permisos de trabajo a migrantes, ya que de esa manera se podrían supervisar las condiciones que viven las trabajadoras.

Se requeriría además de las denuncias que hay sobre los abusos a las trabajadoras del hogar en ese país y de una movilización que tuviera fuerza, además Washington no ha firmado ningún instrumento internacional sobre los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias, como los que tiene definidos la Organización Internacional del Trabajo.

Entonces el gobierno de Estados Unidos no se siente obligado a respetar los derechos laborales de los trabajadores, mucho menos lo tienen los particulares, por lo que los connacionales que están en esta situación en aquel país, están desprotegidos, advirtió la legisladora.