Afecta a niños y adolescentes
Miércoles 10 de junio de 2015, p. 39
Dolor constante en las piernas, inflamación y disminución de la movilidad pueden ser síntomas de un tumor maligno de huesos, que con mayor frecuencia afecta a niños y adolescentes de entre ocho y 19 años y a adultos mayores de 70.
Cuando la enfermedad se encuentra en etapas avanzadas, los pacientes están en riesgo de sufrir fracturas sólo por caminar o correr, afirmó Ramón Vaqué, coordinador de la clínica de tumores óseos del Hospital Infantil de México Federico Gómez.
Advirtió que el osteosarcoma avanza rápidamente, por lo que el diagnóstico temprano es esencial para evitar la amputación de extremidades. Dijo que es el tumor óseo más frecuente entre la población pediátrica y generalmente aparece en extremidades inferiores (fémur o tibia).
Llamó la atención sobre la importancia de que ante la presencia de alguno de los síntomas mencionados, principalmente dolor persistente en sitios específicos, como las rodillas, se envíe a los pacientes con el médico ortopedista, quien puede realizar el diagnóstico o descartar que se trate de la neoplasia.
El Hospital Infantil de México Federico Gómez es centro nacional de referencia para el tratamiento del osteosarcoma para personas que carecen de acceso a la seguridad social.
Vaqué dijo que se desconoce la causa que origina la enfermedad, aunque algunos estudios han encontrado que puede estar vinculado con alteraciones genéticas.
Al respecto, información de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos señala que se ha identificado un gen mutado que aumenta el riesgo del osteosarcoma, el cual se asocia con retinoblastoma familiar, cáncer ocular que se presenta en niños.
El tumor óseo también puede originarse por la exposición a radiaciones y algunos factores del crecimiento, principalmente en la adolescencia. En esta etapa los individuos crecen de manera acelerada y también podría existir algún vínculo con el desarrollo del tumor.
Vaqué explicó que en los casos donde se confirme el diagnóstico, los médicos deben examinar otras zonas del cuerpo a donde podría haberse extendido, principalmente los pulmones. En estos casos, las posibilidades de control y cura se reducen de manera sensible, señalan los datos de NIH.