El ataque, porque las autoridades le retiraron recientemente la custodia de su hijo
Horas después de perseguirlo, lo ultimaron en un estacionamiento; no se reportan heridos
Domingo 14 de junio de 2015, p. 23
Dallas.
Un atacante solitario, al parecer indignado porque las autoridades le retiraron recientemente la custodia de su hijo, disparó decenas de veces contra el cuartel general de la policía de la segunda ciudad del estado de Texas, acción de madrugada que sorprendió a los uniformados que estaban de guardia en la comisaría.
El atacante, identificado como James Boulware, fue perseguido y abatido horas después en un estacionamiento de Hutchins, suburbio de Dallas, ubicado 16 kilómetros al sur, sin que ningún agente resultara herido o muerto.
El jefe de la policía local, David Brown, descartó que Boulware haya lanzado la agresión contra el edificio como parte de un acto terrorista, aunque la agilidad y rapidez con que el atacante disparó desde distintos puntos del cuartel le hicieron suponer en un principio que cuatro hombres participaron en el tiroteo, que únicamente causó daños materiales.
Media hora después de la medianoche, Boulware abrió fuego desde una camioneta blindada, dañando paredes del cuartel, cristales y patrullas, pero sin causar lesiones a los pocos uniformados que a esa hora estaban dentro y fuera del inmueble.
Un video tomado desde un edificio vecino y difundido por la prensa local mostró la facilidad con que Boulware realizó su operación, ciudadosamente preparada, según el análisis de los agentes investigadores.
Después de mantener su vehículo estacionado frente a la comisaría, el hombre comenzó a circular alrededor de la manzana del cuartel y chocó de forma deliberada contra una patrulla que estaba a media calle, provocando en un primer momento la huida de los agentes, aunque segundos después dispararon sin tino contra la camioneta, que lentamente abandonó la zona.
La persecución de la policía terminó al parecer a las 4:30 de la mañana de este sábado, cuando Boulware fue localizado en su camioneta, en un estacionamiento, donde fue abatido a tiros.
El cadáver del atacante quedó dentro del vehículo varias horas, hasta que finalmente un cuerpo policial especializado confirmó mediante robots habilitados con cámaras que Boulware había fallecido y que los explosivos hallados en el interior de la camioneta estaban desactivados. Cuatro mochilas fueron encontradas en los alrededores del cuartel policial y una de ellas estaba llena de explosivos que fueron detonados por androides.
Brown informó que antes de fallecer Boulware se comunicó con policías y acusó a la corporación de haberle arrebatado a su hijo, bajo acusaciones de que era un terrorista
, lo que finalmente rechazó el jefe policiaco.