Chilpancingo, Gro.

El coordinador del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, informó que peritos de la fiscalía de Guerrero exhumaron ayer en Tlapa el cuerpo de Antonio Vivar Díaz, abatido por policías federales el domingo pasado, para aplicar la necropsia de ley.

En entrevista telefónica, Barrera Hernández responsabilizó al gobernador Rogelio Ortega Martínez por la represión que sufrieron pobladores de la colonia Tepeyac el 7 de junio, cuando el dirigente social murió con dos balazos en el pecho.

El mandatario pudo haber hecho más, estaba al tanto de lo que sucedía. Incluso antes de la incursión de las fuerzas federales él estaba reunido con los ocho detenidos, que posteriormente fueron liberados.

Federales y militares, los agresores

Con relación al deslinde de Ortega Martínez, quien aseguró no tener nada que ver en el enfrentamiento del domingo, manifestó: Podemos decir que el operativo estuvo armado por la Policía Federal (PF) y el Ejército Mexicano, que fueron quienes agredieron a los ciudadanos.

Sin embargo, “el gobernador pudo evitar esa incursión. Ahí faltó más decisión y voluntad para que se evitara la agresión, tomando en cuenta que estaba enterado de lo que estaba pasando y sabía que iban a intervenir para rescatar a los 35 policías federales que estaban retenidos.

Incluso se dio a conocer una fotografía, en la que aparecen los ocho detenidos con el gobernador, y se dijo que iban a ser trasladados a Tlapa, donde se dio la agresión, porque ya no se consultó a la gente ni a los delegados de la colonia (Tepeyac), porque estábamos acordando cómo se iba a dar la liberación de los detenidos.

El delegado federal de la Secretaría de Gobernación dijo que tenía información “de que estaba en riesgo la seguridad de los policías y que eso no lo iban a permitir, agregó.

Hay corresponsabilidad de lo que se hizo y no se respetaron los protocolos que tienen esos cuerpos policiacos en momentos de tensión, sobre todo donde hay niños, ancianos y mujeres, y se procedió como siempre, con exceso de fuerza, que provocó un muerto y varios heridos, y hubo tratos crueles contra la población.

Barrera Hernández calculó que al menos 200 efectivos de la PF y del Ejército Mexicano participaron en la incursión violenta. Sabemos que la ONU investigará el caso, para tener elementos más contundentes y claros hacia las víctimas. No sabemos qué nivel de intervención tendrá, porque ellos tienen sus protocolos, y harán su propia investigación.

El gobierno estatal informó a las 20:38 horas del 7 de junio que estaban detenidos ocho maestros y que en esos momentos se encontraban con el gobernador en palacio de gobierno. A las 21:29 horas se dijo que la PF ingresó para rescatar a 35 policías retenidos por la población, y fue cuando se escucharon dos detonaciones.

Otro reporte destacó que a las 21:20 horas se inicia un enfrentamiento entre policías federales y vecinos de la colonia Tepeyac.

A las 21:38, en otro informe, se anunció que continúa el rumor de que hay un cetegista muerto durante el rescate de los elementos federales.

A las 22:48 horas se reportó que tras conocer la muerte de su compañero (Antonio Vivar), los cetegistas se organizan para marchar hacia la delegación del Instituto Nacional Electoral y el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana.

Se confirma a las 23:09 horas que la víctima es Antonio Vivar, de 28 años, estudiante de la UPN y activista social.

Tlachinollan difundió un pequeño esbozo biográfico de Vivar Díaz, en la que destaca que Toño, como todo mundo acostumbraba decirle, formaba parte de la dirigencia colectiva del Movimiento Popular Guerrerense de Tlapa, con una actitud positiva para ayudar a comunidades indígenas desatendidas por el gobierno.