Zacatecas, Zac.

Cuatro obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), acompañados por dos homólogos representantes de la alta curia en Estados Unidos y Canadá, fijaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la posición de la Iglesia católica frente a la actividad extractiva, que vulnera los derechos humanos de los pueblos indígenas y campesinos de la región.

La audiencia de los jerarcas católicos del Celam tuvo lugar el pasado 19 de marzo de 2015 en la sede de la CIDH en Washington, informó la conferencia episcopal en su portal de Internet (www.celam.org), reunión en la que también participaron Timothy Broglio y Donald Bolen, en representación de los obispos de Estados Unidos y Canadá, respectivamente.

De América Latina participaron Pedro Barreto, de Perú, presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del Celam; Álvaro Ramazzini, de Guatemala, y Roque Paloschi, de Brasil.

Pedro Barreto declaró sobre lo informado en la reunión con los miembros de la CIDH, que en el caso de la minería a cielo abierto –actividad en la que se remueven diariamente miles de toneladas de tierra para extraer enormes volúmenes de metales como oro, plata y cobre– nos indigna ver un extractivismo sin rostro humano y sin ética.

El también arzobispo de Huancayo encabezó la primera visita que miembros del Celam hayan realizado a la CIDH para denunciar la vulneración de los derechos de los campesinos y de los pueblos indígenas por las industrias que extraen recursos naturales en América, especialmente en la Amazonia.

En su reporte, el Celam expuso que sabemos que 80 por ciento de la explotación minera en América Latina y el Caribe, dijo, la realizan empresas canadienses, y a veces tenemos que decir que es un extractivismo sin rostro humano y sin ética, y esto es lo que realmente nos indigna.

Los obispos latinoamericanos hicieron llegar, como Iglesia católica, unas propuestas a la CIDH, a los estados, a las empresas y también a la población, porque sin duda alguna son parte afectada, y también al mismo tiempo deben ser siempre protagonistas de su propio desarrollo.

Entre las propuestas específicas destaca un apartado denominado Responsabilidad en lo político, pues los integrantes del Celam refieren que como un actor social y político importante en América Latina “la Iglesia no deja de levantar su voz ante esta problemática y de hacer propuestas desde la misión evangélica que tienen.

Sin embargo, hay una responsabilidad directa de los políticos, en el sentido de una política de Estado de las empresas. Y la Iglesia no tiene soluciones técnicas para eso, pero no por eso deja de hablar y levantar su voz y hacer propuestas desde la misión evangélica que tenemos, sostuvo Pedro Barreto.

“Es decir, nosotros no somos políticos en el sentido de partidismo, pero la Iglesia es política porque en sí misma busca el bien común de la sociedad y la Iglesia participa de la sociedad.

El papa Francisco es muy claro, nos invita a ser una Iglesia en la que tengamos que salir, ir a la periferias, a toda la situación donde se vea afectada la persona y su entorno, finalizó el presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del Celam.