En un balance sobre los resultados electorales del pasado 7 de junio, el dirigente del PAN, Gustavo Madero, señala que ni su partido ni ningún otro instituto político de oposición pudieron capitalizar el rechazo al gobierno federal y al presidente Enrique Peña Nieto, quien acumula el mayor porcentaje de opiniones negativas en la historia.

Destaca que el debate electoral no se pudo centrar en la situación de violencia-inseguridad, desempleo y bajo crecimiento económico del país, ni en el tema educativo, sino que se enfocó en el descontento de los ciudadanos contra los partidos políticos.

Premio a candidatos independientes

En el documento que presentó el lunes a la comisión permanente del blanquiazul, considera que debido al desencanto de la población frente a la clase política y a los partidos, el voto premió a los candidatos que lograron presentarse como más independientes o más ciudadanos, como “El Bronco de Nuevo León” o Enrique Alfaro, en Guadalajara.

En esta misma ola se impulsa el crecimiento de Morena, que se presenta como la alternativa de izquierda antisistema, que se escinde del PRD por su cercanía con el gobierno de Peña Nieto, refiere Madero.

Reconoce que la participación del PAN en el Pacto por México le afectó para presentarse como la alternativa opositora que buscaba el electorado para castigar al gobierno y la corrupción.

A nivel interno, expone que su estrategia de comunicación en la campaña arrancó con un buen mensaje: México no está contento; necesitamos un cambio de rumbo. Pero al tratar de señalar los excesos de los políticos del PRI que más irritan, subraya que su partido recibió más críticas que respaldo.

El dirigente presenta un análisis de claroscuros, pues mientras reconoce que Acción Nacional tendrá menos diputados federales –108 contra 114 de la elección anterior–, señala que aumentó en 34 por ciento la población que gobernará en los municipios, al pasar de 11 a 15 millones. El PRI, por su lado, perdió 10 millones.

Asimismo, enfatiza que los resultados electorales pulverizaron a la oposición, mientras el blanquiazul se consolidó como la única fuerza nacional que puede disputar al PRI la Presidencia de la República. Refiere así que el resto de la oposición se dispersa en seis partidos, los cuales oscilan entre 3 y 10 por ciento de los votos.

Agrega que los institutos políticos han perdido fuerza en el terreno electoral, y esa realidad la ha entendido bien el PRI, al incorporar en su estrategia la definición de nunca ir solo a un proceso electoral y sumar sistemáticamente al Partido Verde Ecologista de México.

Desde 2000, Acción Nacional no ha hecho alianzas federales, situación que sin duda deberá reconsiderar seriamente con miras a los comicios de 2018, para los cuales ya están contemplados los gobiernos de coalición, puntualiza.

En el documento alude a las actuaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que dejaron mucho a deber por la falta de castigo y la permisividad que otorgaron al Partido Verde.