Cultura
Ver día anteriorViernes 19 de junio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
REPORTAJE /Institución cultural a la deriva

Prevalece la incertidumbre en la comunidad estudiantil

Autoridades no definen el futuro del Ollin Yoliztli

Cirugía mayor o mudarse, opciones consideradas para el centro

Permanecer en el predio que ocupa, plantea el director académico

El deterioro de las instalaciones del complejo cultural ubicado en Tlalpan es patente y mientras las autoridades evalúan soluciones es necesario mantenerlo en condiciones de buen funcionamiento, señalan

Foto
Vista parcial de las instalaciones de la Escuela Vida y Movimiento, en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, inaugurado en 1979, que se ubica en Periférico 5141, colonia Isidro FabelaFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de junio de 2015, p. 3

El futuro del Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY) sigue a la deriva.

Al día de hoy, la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal (GDF) no ha determinado, por lo menos de manera pública, cuál de las dos opciones que tiene consideradas para ese espacio cultural, inaugurado en noviembre de 1979, es la más viable: practicar una cirugía mayor o mudarse a otro sitio.

Si elige la segunda, debe construirse un nuevo espacio con características similares al actual. Es decir, que dé cabida a la nueva sala de conciertos para la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) y a tres de las seis escuelas que dependen del CCOY y conviven con la agrupación en esa área.

Esas escuelas son la de Iniciación a la Música y a la Danza, la de Música Vida y Movimiento y la de Danza Contemporánea, fundadas hace más de tres décadas. Se trata de proyectos que no pueden ser separados de la orquesta, de acuerdo con fuentes de la Secretaría de Cultura.

De manera extraoficial, se habla de que el traslado podría ser a la segunda sección del Bosque de Chapultepec o un predio de la colonia Granada, contigua a Polanco. También se ha mencionado un lugar por la Refinería de Azcapotzalco y otro por Santa Fe.

Evaluación de posibles soluciones

La posibilidad de la mudanza del CCOY ha propiciado en los meses recientes una atmósfera de incertidumbre sobre todo entre la comunidad de alumnos de las diferentes escuelas del centro y los padres de familia, porque complicaría o de plano truncaría su educación artística, debido a que gran parte de ellos reside por la zona de Tlalpan, donde se ubica ese complejo cultural.

Al respecto, el director académico del Ollin Yoliztli, Jesús Ricardo Fuentes, aclara a La Jornada que todavía no hay nada definido y que las autoridades evalúan posibles soluciones.

A las dos opciones planteadas por la Secretaría de Cultura, el funcionario agrega una que no ha sido mencionada: permanecer en las actuales instalaciones del centro, que serían rehabilitadas, sin importar si la OFCM se muda a una nueva sala.

Una de las consecuencias de que sea sólo esa filarmónica la que cambie de sede, destacó, es que la Escuela Vida y Movimiento perdería a 13 importantes maestros, debido a que son también parte de la plantilla de la agrupación musical y las distancias los obligarían a dejar sus cursos.

Jesús Ricardo Fuentes resaltó que en caso de que las escuelas deban trasladarse a otro inmueble sería un proceso que al menos duraría tres años, lo que lleva la construcción.

En una reunión con padres de familia, estudiantes, académicos y personal administrativo del CCOY, a finales del pasado mayo, el titular de la Secretaría de Cultura del GDF, Eduardo Vázquez Martín, aseguró que se había constatado la inexistencia de daño estructural en el edificio y que sólo se habían detectado efectos de la falta de mantenimiento.

Para esa afirmación se apoyó en un dictamen solicitado al Instituto para la Seguridad de las Construcciones del DF (ISCDF), el cual consignó que el edificio no presenta hundimientos, emersiones o pérdida de verticalidad, y los elementos estructurales como marcos de concreto, losas, techumbres y muros de concreto están en buenas condiciones estructurales.

Sin embargo, un sector de la comunidad laboral, entre ellos personal administrativo y docente, así como de la población estudiantil y padres de familia consideran indispensable contar con por lo menos una segunda opinión, para lo cual han sugerido a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) o el Colegio de Ingenieros Civiles de México.

Esa exigencia se fundamenta también en un estudio realizado por una empresa privada de ingeniería, Istria SA de CV, a petición de la comunidad de la Ollin Yoliztli, en el que se contrastan los dictámenes oficiales y se concluye que el inmueble no cumple con las condiciones del Reglamento de Construcciones del DF contenidas en los artículos 180, 233, 69 y 68, entre otros.

Los preceptos hacen referencia, de manera textual, a la seguridad en los anuncios adosados, colgantes y de azotea; las denuncias por daños en un inmueble del propietario hacia el departamento (efectos de sismo, viento, explosión, hundimiento, etcétera); las modificaciones en la obra por no ajustarse a la licencia otorgada y el registro de constancia de Seguridad Estructural para las construcciones del grupo A.

Parece que tampoco existe la documentación relativa al proyecto arquitectónico, estructural e instalaciones de la obra terminada que refleja su estado actual, por lo que se recomienda a las autoridades proceder con la recopi-lación y/o generación de la información faltante mencionada, para elaborar el visto bueno de seguridad y operación.

A principios de junio, varios profesores y alumnos de la Escuela Vida y Movimiento desalojaron el inmueble por temor a que el techo se colapsara debido al empleo de maquinaria pesada en las obras de mantenimiento que desde un mes atrás se practicaban en el lugar.

Las fuertes lluvias de las semanas recientes agudizaron las filtraciones de agua, goteras y la evidente humedad en diversas áreas del edificio. Por varios puntos podían verse hasta hace unos días cubetas u otros recipientes para captar el agua filtrada, así como enormes manchas en los plafones.

Tal circunstancia, a la que se suma la caída de polvo del techo, propició que se cambiara de salón para la impartición de clases, se realizaran extramuros e incluso fueron suspendidas de manera temporal. Por esa razón, las autoridades, ante la presión de la comunidad, pospusieron las obras de mantenimiento e impermeabilización hasta que concluya el ciclo escolar, a principios de julio.

¿Interés de un empresario?

El supuesto interés de un empresario por adquirir el predio que ocupa actualmente el CCOY, de una superficie aproximada de 21 mil 300 metros cuadrados, es uno de los rumores que con más insistencia ha sonado en los corrillos del CCOY en meses recientes, tanto quienes allí trabajan como entre quienes estudian.

No se trata de un rumor nuevo, aclaran empleados administrativos de la OFCM.

Sin embargo, ha cobrado nuevos bríos a raíz de que salió a la luz pública el estado de deterioro que mantienen estas instalaciones culturales.

La Secretaría de Cultura del GDF dice no estar al tanto de esa especie y desconoce toda información al respecto. Por lo pronto, refrenda que las obras de rehabilitación del Centro Cultural Ollin Yoliztli proseguirán no obstante la decisión que se asuma.

Parecería tirar dinero bueno al malo, reconocen las autoridades, pero las instalaciones del centro deben mantenerse en buen estado y funcionales incluso si la orquesta y las escuelas deben irse, porque no es de manera inmediata, sino que llevará de tres a cinco años.