Berlusconi: en manos de la justicia
uizás la única buena noticia que Silvio Berlusconi ha recibido los recientes cinco años provino del máximo tribunal de justicia de Italia. Le llegó cuando el empresario y político había cumplido un año de trabajos sociales en un geriátrico milanés, debido a su condena a cuatro años de prisión (rebajados a uno) por fraude fiscal. Ello le valió su expulsión del Senado que prohíbe hacer parte de él a quienes son condenados a penas superiores a dos años de cárcel.
Esa buena noticia consiste en que para dicho tribunal el ex primer ministro no sabía que la joven marroquí Karima El Marough, mejor conocida como Ruby, era menor de edad cuando mantuvo con él relaciones sexuales. Y por tanto absuelve definitivamente al zar de la televisión italiana y dirigente político del cargo de prostitución de menores, delito que lo habría enviado a la cárcel por siete años, además de inhabilitarlo por el resto de su vida para desempeñar cargos públicos.
Los magistrados señalaron que el aspecto físico de la muchacha y su modo de comportarse no reflejaban ni lo más mínimo su verdadera edad
y que ella tenía la costumbre de proporcionar datos falsos y atribuirse una edad mayor.
Todo comenzó la noche del 28 de mayo de 2010, cuando Karima fue detenida acusada de robar 3 mil euros a una prostituta. Il Cavaliere, entonces primer ministro italiano, llamó desde París a la comisaría donde estaba la chica y argumentó que ella era pariente del ex dictador egipcio Hosni Mubarak. Nada –salvo el robo– era cierto. El caso destapó el tráfico de influencias que Berlusconi hacía para satisfacer su estilo de vida.
Pero esa absolución no termina con los problemas de Berlusconi por sus relaciones con el mundo de la prostitución. Un tribunal de Milán investiga ahora la forma como Ruby obtuvo varias propiedades en México. La joven, ahora casada y madre de una niña, posee dos edificios de departamentos, un restaurante y una fábrica de pastas en la turística ciudad de Playa del Carmen. Todo apunta a que las adquirió con el dinero que le facilitó el ex primer ministro para garantizar su silencio, cuando su carrera política se tambaleaba por las acusaciones de fraude fiscal y otros delitos. Solamente así se explica que la joven lleve un lujoso tren de vida internacional incompatible con los ingresos que ha declarado al fisco los recientes cuatro años.
Ruby nunca acusó al empresario de saber su verdadera edad. Ella era parte de un grupo de 20 mujeres que participaban en las orgías del ex primer ministro y sus amigos. Los fiscales indagan ahora los presuntos sobornos que el ex Cavaliere pagó a sus amigas
para que mintieran durante el juicio y así librarse del cargo de prostitución de menores. En su ocaso generalizado, Berlusconi todavía puede recibir malas noticias de la justicia.