Las empresas forestales comunitarias en México son rentables y mantienen los bosques en buenas condiciones, aunque actualmente de los 4 mil 500 núcleos agrarios que poseen cada uno alrededor de 200 hectáreas de bosques, tan sólo la mitad aprovecha comercialmente los productos forestales, señala un estudio divulgado esta semana en el Journal of Sustainable Forestry.

Aunque las comunidades poseen dos terceras partes de bosques y selvas de todo el territorio nacional, hay apenas 992 empresas forestales campesinas. Entre 20 y 25 por ciento de ellas extraen la madera, la venden en pie o rollo y si tienen aserradero la venden en tabla, explica un resumen del informe elaborado por el Consejo Mexicano para la Silvicultura Sostenible.

El reporte de la revista académica de Estados Unidos, encabezado por Frederick Cubbage, de la Universidad de Carolina del Norte, contó con la participación de investigadores del Banco Mundial, del Servicio Forestal de Estados Unidos y de la Comisión Nacional Forestal de México.

El reporte evaluó 250 empresas que venden madera en rollo o en tabla. De ellas eligió una muestra de 30 con distintas capacidades y fases de desarrollo, ubicadas en Campeche, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo y Veracruz.

El análisis encontró que los precios que las comunidades ofrecen en el mercado son superiores a los de sus competidores internacionales, debido a la mayor sustentabilidad de las operaciones comunitarias mexicanas frente a las extranjeras, y los altos precios de la madera en México permiten compensar esa desventaja vendiendo en el mercado local. Ejemplifica que las empresas forestales comunitarias mexicanas destinan más de la cuarta parte de su territorio a la conservación de los bosques, y la madera se obtiene manteniendo la cobertura y diversidad forestales, no sustituyéndola. Además, un promedio de 13 por ciento de los ingresos que obtienen estas empresas se invierte en infraestructura y otros proyectos en las comunidades en las que operan. 

Entre algunas formas para eliminar costos y reducir pérdidas, el estudio plantea que aunque las operaciones de las comunidades son rentables en el manejo del bosque en general, en lo que se incluyen actividades como aclareos, manejo del fuego y vigilancia, en el aserradero la extracción de madera del monte registra pérdidas. Explica que esto se debe en parte a los altos costos laborales causados por la poca tecnología utilizada, y porque 23 por ciento de la madera que se extrae se desperdicia, lo que aumenta los costos por metro cúbico.