Mausoleo de Mao, mayor atractivo de Beijing
eijing, capital de la República Popular de China, con cerca de 20 millones de habitantes, cuenta con una larga lista de atractivos turísticos, pero hay uno que destaca: el Mausoleo de Mao-Zedong, presidente del Partido Comunista de 1945 hasta su muerte en 1976.
La visita puede equivaler a plantarse durante cuatro horas en una fila, tomando en cuenta la temporada de verano.
El mausoleo es un edificio gris que se encuentra situado al sur de la histórica Plaza de Tiananmen y flanqueado por estatuas que representan campesinos, estudiantes, obreros y soldados.
Lugar de descanso final del líder chino, sus restos están en exhibición permanente. El acceso es gratis aunque requiere un pago de cerca de 30 pesos mexicanos por depositar todas las pertenencias antes de entrar.
La habitación que alberga el cuerpo embalsamado del ex presidente chino es una pequeña sala casi oscura, que además expone objetos personales. Su cuerpo se encuentra dentro de un ataúd de cristal.
Aunque había expresado su deseo de ser cremado, su cuerpo fue embalsamado y se colocó en el mausoleo que comenzó a construirse poco después de su muerte en 1976. Cientos de miles de personas realizaron trabajo voluntario y estuvieron directamente involucrados en la construcción del mausoleo, en el que se utilizaron materiales provenientes de innumerables regiones de China, con el fin de simbolizar la unidad de un país alrededor de la figura de su líder.
La figura de Mao sigue siendo indudablemente significativa. El cuerpo embalsamado del líder chino atrae alrededor de 2 millones de visitantes al año.
Alia Lira Hartmann, corresponsal