Costa Rica acalló al Piojo Herrera, que tendrá el último ensayo ante Honduras
l seleccionador mexicano cada tres pasos se entrampa y cae enredado en su irrefrenable lengua. Luego de quedar mal tras prometer demasiado en la Copa América, Miguel Piojo Herrera se fue precipitadamente a Estados Unidos, donde volvió a pregonar que tenía un tridente de lujo en el ataque; sin embargo, Costa Rica lo dejó mudo en 45 minutos.
No es que Carlos Vela, Javier Hernández y Giovani dos Santos no funcionen, simplemente el técnico hizo un mal planteamiento en el ensayo del sábado; no le fue tan mal, porque los ticos bien pudieron meter hasta cuatro goles en la parte inicial. Restan 11 días para el debut en la Copa Oro y el trabajo será a contrarreloj.
Lo positivo del Tri A
fue la capacidad de reacción, pues se rectificó en el segundo tiempo; una buena tarde de Carlos Esquivel y de José Juan Gallito Vázquez evitó la derrota y con ello el desborde aún mayor de críticas, porque durante la semana se recordó con insistencia la gira inútil por Europa del Piojo Herrera tan sólo para tomarse selfies con algunos jugadores.
Quedó la sensación de que con meter intensidad al trabajo se hará lo suficiente para iniciar bien el certamen regional y enseguida buscar mejoría sobre la propia marcha. Resta el ensayo del miércoles frente a Honduras, en el que la exigencia es ver a un equipo comprometido, ya sin margen de error.
El problema no será Cuba –el rival en el debut–, una potencia en otras disciplinas, pero con un futbol modesto. Los escollos graves estarán en la recta final de un torneo que ha acaparado Estados Unidos y que, por justicia deportiva y equidad, debería tener una rotación de país sede, tal como ocurre con la Copa América.
En la Concacaf impera la ley del dinero, del más poderoso. La Copa Oro es un negocio exclusivo para la empresa denominada Soccer United Marketing (SUM), que además organiza y paga las giras del Tricolor y de las Chivas en Estados Unidos; asimismo tiene los derechos comerciales de la MLS. Un emporio donde la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) no intenta husmear.
Era imposible que en el mayor escándalo de corrupción del futbol mundial México quedara exento. En sus revelaciones, Chuck Blazer, ex funcionario de FIFA y de Concacaf, mencionó sobornos en la Copa Oro 2003, amaño en eliminatorias hacia Alemania 2006 y lo que tuvieron que hacer para evitar ser marginados en el Mundial teutón por los casos de dopaje de Salvador Carmona y Aarón Galindo.
A México todavía le llovían críticas por su mal desempeño en las recientes dos ediciones de la Copa América, pero pronto tuvo hermanos de dolor. Ocurrió con Brasil y con Uruguay, potencias que llegaron con etiqueta de serios candidatos.
Tantas caídas de la seleçao hacen pensar que la veta se extinguió. Ya no surgen jugadores a borbotones. Esta vez era Neymar y 10 obreros más. Uruguay, sin Luis Suárez, pasó de noche, mientras Argentina avanza con lo justo. Chile, el equipo anfitrión, tiene la mejor opción de su historia.
Mal haría el Querétaro u otro club mexicano en traer a Robinho, un jugador que está lejos de remplazar a Ronaldinho en cuanto a cartel. Robson de Souza nunca alcanzó los máximos reflectores y no tiene el carisma de Dinho. Tampoco le resta mucho futbol, como quedó demostrado en el actual torneo de Chile.
Habría que prestar oídos al clamor de jugadores como Alejandro Pikolín Palacios o a ex directivos como Rafael Lebrija, quienes proponen una reducción en el número de foráneos por club sin limitar los derechos de los naturalizados, para poner freno a las importaciones que cada semestre enriquecen a directivos y promotores.
No por cuestiones xenófobas, sino porque habiendo manga ancha con facilidad se llega a los extremos. El técnico del Atlas, Gustavo Matosas, dijo lo que tal vez muchos piensan, pero no se atreven a expresar: señaló que él sólo quiere ser campeón y si para conseguirlo tiene que jugar con 11 naturalizados y foráneos lo haría sin dudar.
Un equipo que se ha armado hasta los dientes es Tigres, que dentro de 15 días estará de nuevo en Sudamérica para enfrentar al Internacional de Porto Alegre en semifinales de la Copa Libertadores. El equipo de Cemex desembolsó cerca de 20 millones de dólares para afrontar el compromiso con opciones de llegar a la final.
Es parte de la rivalidad entre los equipos regiomontanos. Nada compensaría mejor el orgullo de la afición felina que exhibir un trofeo continental, justo cuando el Monterrey se dispone a estrenar un moderno y bello estadio en el marco de su 70 aniversario.
Acabó la telenovela Damm con tintes cómicos. A Jürgen le pagaron más de lo que vale de acuerdo con su trayectoria, pero menos de 10 por ciento de lo que por ley le correspondía. Pachuca vendió bien, ganó una buena suma y todavía puede recibir más en caso de que el jugador sea vendido al extranjero.