Martes 30 de junio de 2015, p. 2
Noli, Italia.
Amantes del submarinismo lanzaron en Liguria, en el noreste de Italia, un experimento de cultivo submarino de albahaca, con la esperanza de desarrollar el concepto y exportarlo a las costas más áridas del planeta.
La idea me vino porque quería crear más interacción entre la superficie y el fondo
del mar, explicó Sergio Gamberino, director de Ocean Reef, empresa especializada en los equipamientos de comunicación submarina.
Después de haber plantado semillas en una caja de plástico dentro de un simple globo sólo para hacerse una idea, Gamberino impulsó más seriamente el proyecto denominado La granja de Nemo, que arranca su cuarta sesión.
A unos cien metros de la orilla y a 8 metros de profundidad, tres campanas de plástico fijas en el fondo, en las que se instalaron clásicos recipientes de abono, generan suficientes burbujas de aire.
La evaporación mantiene bajo las campanas un nivel de humedad de entre 80 y 90 por ciento; la condensación da a las plantas el agua dulce necesaria y ellas mismas regeneran el aire de sus burbujas gracias a la fotosíntesis.
Estabilidad térmica
Cultivar bajo el agua aporta sobre todo estabilidad térmica. El mar conserva la temperatura sin gran diferencia entre la noche y el día
, explicó Gianni Fontanesi, responsable de la gestión del proyecto.
A finales de este junio, el agua está a 25 grados centígrados y hay unos 29 dentro de estos invernaderos, protegidos de los insectos y parásitos que entorpecen el crecimiento de las plantas en la tierra.
Liguria agradece este experimento que hizo crecer la albahaca, ingrediente base del pesto local, con una densidad de follaje superior a la media.
A largo plazo, esto podría ser una solución para las regiones costeras más áridas
, explica Gamberino.