Miércoles 1º de julio de 2015, p. 28
París.
La decapitación del gerente empresarial y el ataque contra una fábrica de gas en Francia el viernes pasado llevaban las señas de identidad del grupo extremista Estado Islámico (EI), afirmó ayer el fiscal francés François Molins.
La investigación deja entrever un móvil terrorista en el gesto de Yassin Salhi, aunque justificado por consideraciones personales
, aseveró Molins en una rueda de prensa.
Expresó que Salhi, detenido inmediatamente después del atentado, había enviado fotos de la decapitación a un francés en Siria, pidiéndole que el EI las difundiera.
El atentado cometido por Salhi corresponde exactamente a las consignas de Daesh (acrónimo en árabe del EI)
, esto es, matar a infieles
, declaró Molins, quien asimiló el intento de hacer estallar la planta de gas como una operación mártir
practicada por los yihadistas.
Según él, Salhi se comunicaba a menudo con un francés instalado en Siria, Younes, y le envió una selfie con la cabeza de su jefe, a quien había degollado antes del atentado contra la planta de gas cerca de Lyon.
El sospechoso explicó sus actos aludiendo un conflicto con su jefe
y una disputa conyugal. Según él, su móvil era puramente personal.
En realidad una cosa no excluye la otra, y la elección de matar a una persona por la que sentía inquina no excluye un móvil terrorista
, subrayó el fiscal.