El creciente financiamiento público federal y local que reciben los partidos políticos genera críticas de los mexicanos y, por tanto, debe acotarse, ya que tan sólo en 2015 ascendió a 667 millones de dólares, o sea, 10 mil 456 millones de pesos.

La Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore) presentó ayer un informe de su misión para el acompañamiento electoral 2015, donde plantea también que existe la percepción ciudadana de que las campañas cuestan más de lo que se dice. Se posesiona así en el imaginario colectivo el concepto de que los partidos políticos reciben mucho dinero, pero gastan aún más.

Dicho organismo –integrado por 20 países de América Latina– señala que “es constante la mención a partidos que parecieran jugar en los límites de las reglas. Independientemente de entrar en la calificación de esas conductas, las imágenes para la ciudadanía es que hace poco al respecto, sea por incapacidad o tolerancia.

Explica que al sumar el aporte de las entidades federativas con registro local, 311 millones de dólares, y el Instituto Nacional Electoral (INE), 355.1 millones de dólares, el financiamiento público a partidos políticos para las elecciones 2015 alcanza aproximadamente 667 millones de dólares.

“La evolución puede constatarse al observar únicamente el financiamiento público ordinario, principal fuente de los partidos políticos, en un periodo de 15 años: 2000, 99 millones de dólares; 2005, 131.1 millones; 2010, 192 millones, y 2015, 258 millones de dólares. De esta manera, el financiamiento público a los partidos se encuentra claramente entre los más generosos del mundo".

Por tanto, señala que conviene reflexionar sobre el acotamiento del aporte por financiamiento público a los partidos políticos, revisar los topes de gastos que parecen muy bajos y, por tanto, generan incentivos para la simulación de cuentas.

También cuestiona el nuevo papel del INE que como institución nacional y no únicamente federal, ha llevado a la nacionalización de los problemas locales.

Indican que hay insistencia en que debe revisarse cómo se distribuye el tiempo y también cómo se aprovecha. Plantea que avanzar a paneles de debate, mesas de discusión y contrapuntos legislativos ayudarían a una campaña que se califica como pobre en contenido pero excesivamente costosa.

La Uniore elogia las reformas electorales efectuadas en México, sin embargo, considera que se vive una paradoja entre sus muy notables logros que pueden ser observados objetivamente, y unas percepciones ciudadanas que parecen estar marcadas por el desencanto y a veces, incluso, por el cinismo.

Por otra parte, tras recibir el informe, el consejero presidente, Lorenzo Córdova, explicó que los problemas estructurales que padecemos como sociedad, la debilidad del estado de derecho en algunas zonas del país, la pobreza, la lacerante desigualdad y la impunidad, no son temas que se resuelven en las urnas, ni por parte de las autoridades electorales. “Pero no resulta justificable querer convertir esos problemas en causas para tratar de impedir el desarrollo de las elecciones.