Ricardo Anaya, aspirante a la dirigencia nacional del PAN, aseguró ayer que apuesta por un partido reconciliado; mientras Javier Corral, también interesado en el cargo, dijo pugnar por un instituto político que sea bien público y no bien privado de grupos y facciones que se reparten puestos y cargos directivos.

Los dos precandidatos dedicaron el jueves a recabar firmas de apoyo a sus respectivas candidaturas. Con ese fin, Anaya, diputado con licencia, recorrió calles del Distrito Federal y del estado México, en tanto que el senador Javier Corral estuvo en Puebla, acompañado de Ana Teresa Aranda, una de las panistas críticas del gobernador Rafael Moreno Valle.

Ricardo Anaya reconoció que el blanquiazul necesita una regeneración profunda, para convertirse en una alternativa ciudadana capaz de volver a ganar la Presidencia de la República en 2018.

Queremos que la gente entienda que somos un partido moderno, que aspira a cambiar la realidad y no un partido conformista, que simplemente busca dejar las cosas como están, expuso ante miembros del PAN.

Estimó que sería una tragedia para el país que en 2018 existan únicamente dos alternativas, una representada por el PRI corrupto, y otra por un populismo autoritario que llevaría a México a donde hoy está Venezuela.

Corral hizo un llamado a la militancia a rebelarse contra el Pacto Casa Puebla, que impulsó Moreno Valle para imponer a Anaya en la dirección del blanquiazul.

Destacó que vigilará de cerca al mandatario poblano y si detecta intromisiones indebidas en la contienda interna, las denunciará ante el tribunal electoral.

También pidió a la Comisión Nacional de Elecciones dar de baja del padrón de militantes a aquellos ciudadanos que se incorporaron mediante prácticas corporativistas. Entre las entidades donde se ha detectado un crecimiento inexplicable del listado se encuentran Puebla, Jalisco, estado de México y el Distrito Federal.