Ante el riesgo de un recorte presupuestal para la educación y la ciencia en 2016, con la aplicación del llamado presupuesto ‘‘base cero’’ anunciado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, investigadores y especialistas alertaron que el costo será el ‘‘rezago’’ de un sector prioritario para el desarrollo de México y se comprometerá, alertaron, la calidad y alcance de sus objetivos.

En entrevistas por separado afirmaron que el gobierno federal suele recurrir a la austeridad y el recorte del financiamiento público ‘‘ante cualquier contratiempo económico, y afecta en primer lugar a aquellas tareas que son centrales para nuestro desarrollo, pues no se quiere comprender que esta inversión no es a fondo perdido. De esto depende nuestro crecimiento como nación’’.

Sin mayor explicación, indicaron, ‘‘se nos dice que desaparecen o compactan programas. Si no funcionaban, por qué tardaron tres años en detectarlo, y dónde están los diagnósticos que avalan la creación de los nuevos. En suma, es evidente que el presupuesto educativo aún es un enorme hoyo negro’’.

Juan Pablo Laclette, ex director de la Academia Mexicana de la Ciencia, indicó que a la mitad de la presente administración federal ‘‘se ve muy difícil’’ que se cumpla el objetivo de alcanzar uno por ciento del producto interno bruto (PIB) en apoyo para la ciencia.

Hubo avances en el sexenio, apuntó, pero ‘‘tal pareciera que cuando se complica el tema económico se opta por disminuir el apoyo a la ciencia, la tecnología y la innovación’’, uno de los sectores más afectados de acuerdo con la estructura programática para el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2016, presentado por la Secretaría de Hacienda.

De acuerdo con este proyecto, una cuarta parte de los programas del gobierno federal se fusionarán, entre ellos, los de Escuela Segura y de Calidad, y se crearán dos nuevos: el programa nacional de inglés y otro para la convivencia escolar. A esto se agrega que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) deberá pasar de 10 a cuatro programas.

Lucía Rivera, profesora-investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional, señaló que en nuestro país ‘‘llevamos años gastando un monto considerable de recursos públicos en programas que no cumplen sus objetivos’’.

Recordó los casos de Escuela Segura y Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (Enlace). ‘‘Ahora nos salen con que los van a compactar. Eso nos habla de la importancia que dan a estos mecanismos, y surge la duda: si no eran necesarios, por qué se mantuvieron vigentes durante tanto tiempo’’.

Se trata, consideró, de una gestión de los recursos ‘‘completamente irracional, porque tampoco tendremos la seguridad de si este cambio en realidad va a mejorar la calidad de la educación, pero lo de siempre es hacer un recorte en los sectores que no son considerados por el gobierno como sustantivos’’.

Por su parte, Hugo Casanova, investigador y experto en temas educativos de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que con el anuncio del ‘‘presupuesto base cero’’, se genera una ‘‘llamada de alerta para todos los universitarios’’.

Insistió en que el financiamiento al sector no se puede entender como una inversión a fondo perdido. ‘‘Tiene que ver con el cumplimiento de una tarea crucial para la nación, porque nos encargamos de formar a los jóvenes, de generar conocimiento en todos los campos’’.