Celebra en Bellas Artes tres efemérides: 70 años de vida, 50 en la danza y 25 de su compañía
Arribar a este país marcó mi inicio de manera profesional en la disciplina, pues entré como maestra y coreógrafa del Ballet Nacional de México, afirma a La Jornada
Preparación y rigor son mis características
Preocupada por la situación de violencia crea Nº..., no identificado
Miércoles 8 de julio de 2015, p. 3
La bailarina, coreógrafa y docente Rossana Filomarino (Roma, 1945) asegura que aterrizar en este país hace 50 años fue un privilegio y un regalo de la vida, porque se le abrieron las puertas de la coreografía de máximo nivel de profesionalismo en el Ballet Nacional de México (BNM), que fundó Guillermina Bravo (1920-2013).
“Marco mi inicio de manera profesional con mi llegada a México a los 20 años; con mi entrada como maestra y coreógrafa al BNM. En mi debut estrené las obras Invenciones líricas, una pieza muy formal sobre la técnica, y Rezando el soñador, que era ya más con mi tendencia”, expresa la directora de DramaDanza a La Jornada.
Para conmemorar los 25 años de su compañía, 50 de actividad dancística profesional en el país y 70 de vida, que cumplirá el 22 de julio, Rossana Filomarino presentará el 31 de julio y el primero de agosto Danza al filo, propuesta integrada por la reposición de las piezas A mis soledades voy (1967) y Los jardines del alma (2007), así como el estreno de Ditirambos para la danza, en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.
Durante estos años en el gremio de la danza, la coreógrafa sostiene que ese arte es maravilloso porque no se necesita de nada para disfrutarlo y porque no se debe entender. “Decía Martha Graham que la danza se transmite de piel a piel y, si es cierto, la energía está en el ejecutante, que va directo al espectador cuando se cumple con el cometido.
Me gusta transformar esa energía que se transmite de cuerpo a cuerpo. En la danza existe una comunicación directa con el espectador y no se requiere entender ni conocer un idioma, porque la danza es aquello que se dice con el cuerpo y por eso insisto mucho en la preparación y el rigor; creo que esas son mis dos características
, afirma la creadora de más de 60 coreografías.
Filomarino, quien a lo largo de su trayectoria siempre ha ejercido las tres profesiones: bailarina, coreógrafa y docente, recuerda como un momento especial cuando interpretó la obra de Guillermina Bravo sobre el movimiento de 1968 Apuntes para una marcha fúnebre, la cual fue muy impactante. Otra pieza que permanece en la memoria de la bailarina es Salomé, que creó e interpretó con el BNM.
Expresa que jamás trató de imitar o copiar a otro coreógrafo y sus propuestas tienen una tendencia más teatral, como fue Sol de viento, que en 1995 conmovió mucho a la audiencia porque abordaba el tema del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
El butoh, parteaguas en su carrera
Reconocida por su rigor técnico, Filomarino conoció la danza butoh en los años 90 del siglo pasado y cambió su forma de hacer danza, lo que marca un parteaguas en su carrera. Encontré en el butoh una manera de expresarse y de moverse absolutamente diferente; obviamente el control del cuerpo lo tienes y se necesita la técnica, porque en el fondo un cuerpo entrenado responde a los estímulos, la diferencia es que se expresa con otras formas inusitadas
, explica la forjadora de varias generaciones de bailarines.
Las obras de Filomarino se caracterizan porque en su discurso el cuerpo llega a su máxima expresión y en sus primeros años se enfocó en presentar obras diferentes; luego optó por crear una especie de unión entre la danza y el teatro. Posteriormente vino una ruptura en su proceso creativo a partir del butoh y se interesó en la capacidad de transformación del intérprete cuando está en escena.
A Rossana Filomarino le preocupa la situación actual del país y lo que sucede en la cultura; por ello mediante sus obras expresa su sentir, como en N°..., no identificado, propuesta en torno a la violencia en México.
Danza al filo, organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, en la que la compañía de Filomarino DramaDanza estrenará Ditirambos para la danza, se realizará el 31 de julio a las 20 horas y el primero de agosto a las 19 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro Histórico).