Miércoles 8 de julio de 2015, p. 3
Berlín.
La canciller federal Angela Merkel enfrenta una creciente revuelta de miembros de su propia Unión Cristiano Demócrata (CDU, por sus siglas en alemán), que se han alineado a la idea de políticos de oposición que demandan más ayuda para Grecia, en vez de su expulsión de la zona euro.
Merkel ha sido renuente a aceptar esa propuesta porque considera que esa cooperación que se brinde a Atenas terminará siendo pagada por los contribuyentes alemanes.
Pero esa noción ha sido minimizada por varios militantes de la CDU en días pasados, especialmente después del referendo del pasado domingo en el que los votantes griegos rechazaron mayoritariamente las nuevas exigencias de los acreedores, representados por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
La perspectiva de una revuelta política total es ahora una realidad. En febrero, 29 miembros de la CDU votaron contra la ayuda a Atenas, pero desde entonces suman ya 100 los parlamentarios conservadores que han expresado su oposición a ese plan.
A esas voces se ha sumado la prensa local, que ha sido unánime en el señalamiento de que Merkel está desesperada por no pasar a la historia como quien comenzó el rompimiento de la eurozona.