De 2008 a la fecha, los helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) han sufrido 32 ataques en acciones relacionadas con el combate al crimen organizado, con un saldo de nueve militares muertos y seis heridos.

De acuerdo con datos proporcionados –vía solicitud de información– por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la mayor parte de los ataques (24) tuvieron lugar en el estado de Sinaloa, seguidos de Durango (5), Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, con dos agresiones cada uno.

Mientras que en Sonora, Nuevo León, Guerrero, Oaxaca y Jalisco se registró un ataque en cada entidad; sin embargo, la agresión más letal ocurrió el primero de mayo en el estado de Jalisco, donde siete soldados resultaron muertos por el impacto con un lanzacohetes RPG.

Del total de naves atacadas, sólo dos dejaron el servicio activo: un MI-8 de fabricación rusa, que fue agredido el 29 de diciembre de 2008 en Sonora, en el que el daño fue en el botalón de cola, en el tanque principal de combustible y en el piso del helicóptero (que fue retirado al terminar su vida útil).

La otra aeronave fue el Cougar EC-725, construido en Francia, que resultó destruido en el estado de Jalisco en mayo pasado, y que por ser ‘‘pérdida total’’ está en trámite de baja por destrucción. Las otras 30 aeronaves siguen operando.

El último año del gobierno de Felipe Calderón fue cuando los helicópteros de la FAM sufrieron más ataques (9), mientras que en 2013 sumaron tres, en 2014, uno y este año otro. Aunque esta última agresión, a manos del cártel Jalisco nueva generación, fue la más letal.

Las naves que más han sido atacadas son las de fabricación estadunidense Bell-2016 y Bell-412, con un total de 27 agresiones, seguidas de los MI-17 (2) y MI-8 (1).

Las aeronaves más modernas y costosas de la FAM, el UH-60L Sikorsky Black Hawk y el Cougar EC-725, fueron atacados en Sinaloa el 20 de mayo de 2013 y el primero de mayo de 2015, respectivamente. En ambos casos hubo víctimas fatales. Sólo en el ataque que sufrió un Bell-2016 en Sinaloa el 27 de abril de 2012, se había registrado una muerte.