Mancera toma las riendas
Un obstáculo evaluador
Primero, romper cacicazgos
o que el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, habrá de anunciar hoy, después del mediodía, es que a partir de ya será él y nadie más quien tome las riendas de los programas sociales y de las decisiones políticas que tengan que ver con su mandato.
El asunto es delicado. Si el supuesto es que el rumbo del gobierno no cambie, las velas del barco de esta administración sí aceptan vientos extraños, como los que pretenden llevar a Salomón Chertorivski a la Secretaría de Finanzas, lo que de todas formas se convertirá, como ya lo es, en la contradicción de lo que desde el voto se señaló al gobierno: seguir por la izquierda.
Hay gente que, a partir de la experiencia, asegura que la Secretaría de Gobierno de la ciudad está en peligro, y no porque pueda quedar en manos de Manuel Granados, hasta ahora líder de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, quien estaría con un pie dentro de las oficinas de mayor importancia en la administración –después, claro, de las de Mancera–, sino porque Isaac, el padre de Salomón, el estratega de Carlos Salinas, hoy metido hasta el hueso en el gobierno central de la ciudad, pueda bloquear el trabajo de Granados o de quien se haga cargo de la oficina, y anule al funcionario.
Si así fuera, el destino del GDF iría, dijimos, en contra de lo que ha expresado el voto, y sería muy difícil que quienes sufraguen, por ejemplo en 2018, se inclinen en favor de alguien que no toma en cuenta la opinión que se manifiesta en las urnas. Por eso tal vez habrá que considerar que quien tenga que cuidar de la imagen política de Mancera suene todos los timbres de alarma por la intromisión y la presencia de Isaac.
Y es que, según pinta el horizonte, los cambios que hoy anunciará Miguel Ángel Mancera tienen la intención de ir abriendo el camino a eso que él mismo aceptó: buscar la candidatura a la Presidencia de la República en 2018, por lo que cualquier falla podría obstaculizar los derroteros que pretende caminar el ahora jefe de Gobierno de la ciudad de México.
Lo malo es que un PRD como el que tiene ahora, que sería la organización desde donde lanzaría su candidatura, no le sirve como está y las posibilidades de lograr cambios en su interior no parecen posibles. Lo primero que se tendría que hacer es romper con el cacicazgo que se ha montado en ese partido, y para eso se requiere dedicación y tiempo completo. Salvar al PRD no parece una misión casi imposible.
Por lo demás, en el acto que se celebrará hoy no cabrá de ninguna manera aquello de que los resultados son lo único que importa, porque esos resultados, si no tienen orientación ni destino, pueden hacer mucho daño a una población como la del DF, que requiere seguir caminando hacia el destino que las elecciones han marcado. Así que: aguas, que nadie se equivoque.
De pasadita
Pese a todo, hay algunos cambios que, se supone, habrán de suceder en el gobierno de la ciudad que tienden a imaginar que las cosas cambiarán. Uno de esos cambios es el de Javier González Garza, uno de los que alentaron el aumento al boleto del Metro y que se encarga de la oficina del gabinete del GDF. Con él ya no se cuenta. Dicen también que Mancera romperá todos sus lazos con René Bejarano cuando al último de sus soldados, Hegel Cortés, le dé las gracias en la Secretaría de Desarrollo Rural. Así está el abarrote, pero, por lo pronto, todos quietos y sin chistar, no sea que, como antaño, el que se mueve no sale en la foto. ¡Ojo!