Aborda reunión de Cooperación Ambiental riesgos ante lluvias
Jueves 16 de julio de 2015, p. 38
En la región de América del Norte las comunidades locales deben participar en la adopción de soluciones innovadoras, prácticas y sustentables para enfrentar problemas como el control de caudales por las lluvias, sostuvo Gustavo Alanís, presidente del Comité Consultivo Público Conjunto (CCPC) de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA).
En el contexto de la segunda sesión ordinaria de 2015, afirmó que las comunidades de la región, las más afectadas por las lluvias, requieren el compromiso firme de los gobiernos y la sociedad civil para idear e instrumentar soluciones sustentables a este problema generalizado. Consideró que una infraestructura respetuosa del medio ambiente y la planeación del uso del suelo aporta considerables beneficios ambientales, sociales y económicos.
La reunión del CCPC se realizó en el contexto del foro público Agua y cambio climático: adaptación por medio de infraestructura verde, que se realizó en Boston, en paralelo con la vigesimosegunda sesión ordinaria del consejo integrado por los secretarios de Estado de medio ambiente de Canadá, Estados Unidos y México.
Uno de los primeros pasos que deben tomar los responsables de la formulación de políticas consiste en evaluar con precisión cuán vulnerables son las comunidades frente a los efectos perjudiciales de las precipitaciones pluviales extraordinarias, es imperativo emprender acciones en torno a las causas subyacentes de estos eventos, específicamente el cambio climático
.
En el foro se planteó que los riesgos de las aguas pluviales en exceso son similares para comunidades urbanas que las rurales y remotas, y que urge tomar medidas para poner en marcha soluciones viables, informó el CCPC en un comunicado.Destacó que en zonas urbanas, las soluciones prácticas que pueden adoptarse para mitigar los efectos de caudales extraordinarios resultantes de la precipitación pluvial incluyen la creación de incentivos para desarrollos inmobiliarios residenciales y comerciales de bajo impacto; la construcción de calles que permitan que estas aguas, en vez de generar escorrentías, para que se dispersen mejor en el entorno local, y la disposición de espacios públicos verdes que contribuyan a la restauración de humedales y hábitats locales.
Mientras en las comunidades rurales o remotas conviene favorecer las instalaciones sencillas y a pequeña escala que fortalezcan la capacidad de los hábitats naturales para reabsorber aguas pluviales excedentes, en lugar de construir grandes embalses artificiales para la captación de agua.