La bailarina y coreógrafa presentará el montaje Escaparates el próximo 6 de agosto
Es una pieza que aborda lo esencial y la trascendencia mediante la exploración de la fidelidad y la sensualidad, explicó en entrevista
Sostiene que aunque el baile es un arte efímero, el cuerpo posee memoria: el discurso coreográfico es un tatuaje, una huella
en el intérprete
Lunes 3 de agosto de 2015, p. 7
La bailarina y coreógrafa Lydia Romero cumple 40 años de trayectoria artística y los celebrará en el Palacio de Bellas Artes el próximo 6 de agosto.
Con esa finalidad convocó a Cora Flores, Miguel Ángel Díaz, Elisa Rodríguez, Rocío Flores, Rodrigo Angoitia, Mirna de la Garza, Rodolfo y Saúl Maya, entre otros, hasta sumar 18 personajes de la danza contemporánea.
La nueva obra de Romero se titula Escaparates. Trata, explica la también directora de la Academia de la Danza Mexicana, de pequeños fragmentos que son como guiños de algunas obras representativas en su carrera y se relacionan con la noción del montaje.
“Escaparates explora la fidelidad, la sensualidad y, aunque en apariencia podría pensarse en cosas bellas o de lujo, como diamantes o ropa de diseñador, el montaje es un pretexto para hablar de la apariencia, la esencia y la trascendencia”, expresa la fundadora de la compañía independiente El Cuerpo Mutable/Teatro de Movimiento en entrevista con La Jornada.
En la propuesta coreográfica, ejercicio de memoria colectiva en el que los artistas escénicos recrearán y actualizarán fragmentos de piezas, se mostrará que en algún momento éstas se vuelven obras de arte.
Romero, creadora de más de 50 coreografías, asegura que el cuerpo no olvida las experiencias y el movimiento; el discurso coreográfico es una especie de tatuaje, una huella en la memoria corporal. Cuando los intérpretes escuchan la música empiezan a recordar los movimientos; la danza permanece en su memoria
.
Aunque el baile es un arte efímero, se queda en la memoria del espectador y en el cuerpo del artista; por eso Escaparates celebra el oficio del intérprete, señala.
El montaje reúne pasajes de la producción coreográfica de Lydia Romero, reconstruidos en colaboración con los coreógrafos e intérpretes convocados, quienes a partir de un recuerdo, una imagen o una secuencia de movimientos realizarán una interpretación.
“Escaparates es una obra de nueva creación, pero el ejercicio de montaje nos ha permitido regocijarnos en el hacer de la danza e intercambiar en este territorio las herramientas fundamentales del bailarín”, explica la coreógrafa.
Hace interesante la propuesta de Romero que los coreógrafos volverán a esos territorios transitados años atrás, pero ahora tendrán la posibilidad de retomarlos con su experiencia o desde una perspectiva diferente.
El discurso coreográfico permanece en el cuerpo como tatuaje, como una huella; se puede volver a jugar y cobrar nueva vida: una nueva dimensión a la luz del momento presente
, reitera la artista.
La obra permite observar los procedimientos personales empleados tanto en la generación de lenguaje como en la interpretación de una partitura de movimiento en la zona más íntima de la creación
.
La maestra Lydia Romero considera que ese ejercicio de memoria colectiva convierte las obras antiguas en acervo vivo para intérpretes y público.
“Escaparates representa el momento actual de El Cuerpo Mutable/Teatro de Movimiento, de lo que pienso sobre la danza, aunque tiene pequeñas referencias a escenas de otras piezas, pero todo es mero pretexto para generar una obra nueva”, considera la coreógrafa.
Con la idea de compartir de manera inesperada el trabajo escénico con el transeúnte, Escaparates se iniciará afuera del Palacio de Bellas Artes.
“Queremos que la obra se desborde del recinto, como especie de juego de lo que sucede adentro y la realidad. Esta es una práctica que hemos realizado en la compañía con la finalidad de no atenernos únicamente a los foros tradicionales, pues hoy día se realizan performances e instalaciones urbanas. Es una manera diferente de vincular al espectador con el arte.”
Escaparates será escenificada el 6 de agosto a las 20 horas en el Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro). Luego, del 8 al 11 de octubre, se montará en el teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes, y el 31 de ese mismo mes en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario.