La organización Amnistía Internacional (AI) comenzará hoy en Dublín la discusión del documento Borrador de la política sobre el trabajo sexual, el cual apoya la despenalización de esa actividad.

Durante su consejo internacional, que se realizará del 7 al 11 de este mes, debatirá un proyecto que ha trabajado durante los pasados dos años, cuyo eje, asegura, es proteger los derechos humanos de las trabajadoras sexuales.

Al respecto, la Coalición contra el Tráfico de Mujeres (CATW, por sus siglas en inglés) emprendió una campaña para oponerse a esa postura, ya que con ello se legalizaría el proxenetismo y la compra de sexo.

La prostitución, afirma CATW, es una práctica dañina montada sobre las desigualdades de género y económicas. La industria del sexo sienta sus bases en la deshumanización, degradación y violencia contra las mujeres y puede ocasionar daños físicos y sicológicos de por vida.

Para el investigador Ángel Christian Luna Alfaro, del Colegio de Tlaxcala y especialista en temas de comercio sexual, el planteamiento de algunos de quienes se pronuncian a favor de legalizarlo observa la necesidad de lidiar con situaciones actuales como una especie de fenómeno transitorio que aspira a crear condiciones de vida justas, equitativas y de libre elección.

Si bien el trabajo sexual sugiere, como uno de los temas centrales, la dignificación de quienes lo ejercen, es innegable que se vincula con trata de personas, subrayó. Además, mucha gente se beneficia de esa actividad, incluso padres de familia, miembros de sociedades religiosas y estudiantes que pasan por su revista porno.

En México, prácticamente no se discute sobre trabajo sexual. Sin embargo, añadió, organizaciones civiles han puesto el tema en la agenda pública. Mientras la academia analiza y critica los alcances y condiciones de su legalización, en movilizaciones sociales se pronuncian mayoritariamente por la aceptación. El feminismo, destacó, se ha encontrado presente en ese proceso, no así los gobiernos.

Y lo que propone AI es apenas eso, un borrador creado para discutir una categoría de trabajo como el sexual, explicó.

El pasado 29 de julio la organización internacional informó que el proceso de consulta para elaborar el proyecto no ha terminado, por lo que ninguna política ha sido adoptada y no es posible especular sobre el resultado final de la votación del documento.