Domingo 9 de agosto de 2015, p. 12
El 7 de julio se cumplió un año de la aplicación del Plan Frontera Sur en México y los resultados no son halagüeños, sino preocupantes y, en muchos casos, inhumanos e injustos
, aseguró el obispo de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel.
Indicó que aunque el programa fue anunciado en respuesta a la crisis de menores migrantes
, en los hechos siguen pasando niños y mamás con bebés, y los caminos se han diversificado para conseguir su objetivo
, pero ahora con más sufrimiento, más despojos, más extorsiones y más peligros
.
Con el esquema “se quiso dar una mejor imagen del país, evitando que los migrantes subieran a La Bestia y tener mayor control del tránsito hacia Estados Unidos”. No obstante, el plan no ha logrado bajar el flujo de migrantes, sino aumentar su deportación
, pues según el Instituto Nacional de Migración, en el primer trimestre de 2015 México devolvió a sus países a 39 mil 316 centroamericanos, 79 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior. Con razón se acusa a México de ser el brazo ejecutor de las políticas migratorias de Estados Unidos
, indicó.