El juzgado tercero de distrito de Morelos admitió un amparo que interpusieron los ejidatarios de Acapantzingo contra la ampliación de la Autopista del Sol de cuatro a 10 carriles en Cuernavaca, por la ocupación sin previa audiencia ni juicio de tierras de su propiedad, ante la inacción, silencio y contubernio de los gobiernos estatal y federal.

Los campesinos informaron que el 4 de agosto les notificaron que fue aceptado el recurso legal contra los trabajos de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT) en el llamado paso express, del kilómetro 79 + 900 al 94 +160.

En el amparo los ejidatarios de Acapantzingo argumentan que en varias ocasiones han manifestado su rechazo a las obras, sin recibir respuesta satisfactoria, lo que consideran una violación a sus derechos de audiencia, legalidad, seguridad jurídica, posesión y usufructo parcelario ejidal, así como acceso a tierras ejidales y uso de agua con fines agrícolas, consagrados en la Constitución mexicana.

La ambientalista Ariadna Urbina informó que el amparo involucra “a las autoridades tanto ordenadoras como ejecutoras: SCT, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Comisión Nacional del Agua y el gobierno de Morelos. Los ejidatarios aseguran que sus tierras les fueron dotadas por resolución presidencial.

Habitantes de la colonia Satélite, en Cuernavaca, también han demandando a la SCT y al gobierno del estado que cancele la ampliación de la Autopista del Sol por el daño ecológico que causará la tala de alrededor de 3 mil árboles.

En la ciudad de Zapopan, Jalisco, ejidatarios y habitantes de El Colli y Santa Ana Tepetitlán exigieron a la administración estatal que eche abajo las estructuras de concreto del nodo vial ubicado en Periférico, en las inmediaciones del Tutelar de Menores.

Señalaron que el proyecto afectará la circulación, la seguridad peatonal y el ingreso, por lo que deberá respetarse la orden del juzgado segundo de distrito en materia administrativa en favor de los colonos, emitido tras un largo juicio iniciado en 2007.

La obra, por la cual fueron talados al menos mil árboles adultos, consiste en dos retornos elevados, separados entre sí por más de mil 600 metros, lo cual dividió las colonias de la zona y obliga a rodear para cruzar de un lado al otro del periférico, además de generar gran inseguridad vial y poner en riesgo la integridad de personas y vehículos.