Madrid.

El defensa Gerard Piqué, expulsado el pasado lunes en la vuelta de la Supercopa de España que Barcelona perdió ante Athletic de Bilbao al empatar 1-1 (4-0 en el duelo de ida), podría ser suspendido al menos cuatro partidos si es considerado culpable de insultos a un árbitro.

El futbolista de 28 años vio la roja directa al minuto 56 en el Camp Nou, después de protestar airadamente a uno de los silbantes por fuera de juego no señalado.

Según el acta principal, Piqué habría insultado gravemente al juez de línea, lo cual podría costarle caro cuando el caso sea examinado por el Comité de Disciplina, vaticinó ayer la prensa española.

El artículo 94 del código disciplinario de la Federación Española de Futbol considera que todo insulto o injuria contra un árbitro sea sancionado con suspensión de cuatro a 12 partidos.

Piqué pidió perdón ayer en una carta publicada en Twitter.

Quiero ofrecer disculpas porque la actitud con la que protesté al línea no fue correcta. Era un partido de gran tensión en el que nos jugábamos mucho. Sin embargo, en ningún momento empleé ningún tipo de insulto hacia su persona, señaló.

Antes, en un comunicado publicado en su página de Internet, el Barça anunció que protestó la tarjeta roja a Piqué: En las alegaciones se quiere hacer constar que el jugador no se dirigió al árbitro asistente en los términos que el colegiado Velasco Carballo redactó posteriormente en el acta arbitral.

El croata Ivan Rakitic defendió a su compañero este martes en un encuentro promocional.

La sanción me preocupa porque Piqué es un jugador muy importante. Él habló sin mala fe, fueron los nervios. Si esto vale una expulsión, habría muchas en cada partido, dijo.