Acción de constructores gallegos
Sábado 29 de agosto de 2015, p. 7
Madrid.
En ocasiones resulta bastante difícil encontrar un constructor decente que se presente a tiempo y termine un proyecto a un costo más o menos cercano a la cotización original. También ayuda si no destruye una tumba neolítica de 6 mil años de antigüedad.
Esto último es exactamente lo que ocurrió en el poblado de Cristovo de Cea, en el norte de España. Al confundir el monumento arqueológico con un montón de viejas piedras, los constructores destruyeron la tumba y la remplazaron con una mesa de día de campo hecha de hormigón blanco. Las autoridades locales en Galicia han emprendido una investigación sobre lo ocurrido, en especial porque se suponía que el monumento debía estar protegido por las normas locales relativas al legado prehistórico.
La moderna banca de hormigón rolado ha causado un daño irreparable, al remplazar lo que era un cementerio prehistórico de los primeros habitantes de Cea
, expresó el Grupo Ecolozista Outeiro, organización ambientalista local, después de dar a conocer el incidente.
No toda la culpa se puede atribuir a los constructores, sobre todo porque al parecer ni siquiera el alcalde del poblado tenía idea de la importancia prehistórica del sitio.
Nadie me dijo, ni el departamento de patrimonio cultural ni el grupo ambientalista
, asegura José Luis Valladores. El sitio no estaba marcado, y lo lógico hubiera sido que se pusieran en contacto con el cabildo para que tomáramos medidas de protección
, declaró al sitio web en español del Huffington Post.
El Ministerio Público ha lanzado una investigación sobre un posible acto criminal. No es la primera vez que un objeto del patrimonio cultural ha sido arruinado por chapucería en España. Hace tres años, Cecilia Gimeneza, entonces de 82 años, intentó restaurar un retrato de Cristo, Ecce Homo, sin tener conocimientos acreditados en la materia.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya