Viena.

Varios trenes con unos 400 migrantes a bordo –sirios, la mayoría– llegaron este lunes a Viena, después de pasar varias horas detenidos en la frontera austro-húngara en espera de que el gobierno de Hungría autorizara su ingreso sin visa a este país euro-oriental, puerta de entrada a la Unión Europea (UE).

Los migrantes llegaron a la estación de trenes de Westbahnhof, luego de un largo trayecto terrestre desde Grecia que duró una semana y en el que tuvieron que cruzar a pie las fronteras griega, macedonia, serbia y húngara.

Estos 400 forman parte de unos 2 mil migrantes que permanecieron varios días en campos improvisados en estaciones ferroviarias de Budapest.

Una vez que lograron llegar a la estación de Westbahnhof, los migrantes que vienen desde las zonas de guerra del norte y centro de Siria, se embarcaron en trenes con dirección a la ciudad austriaca de Salzburgo, y a las alemanas de Munich y Berlín.

Aunque la policía austriaca mantuvo la vigilancia en torno a la estación, los viajeros pudieron continuar su camino sin problemas, toda vez que ya se encuentran en el espacio de Schengen, que les permite pasar sin pasaporte y visa de un país a otro dentro de la UE.

Poco antes, unas 20 mil personas protestaron contra el maltrato a los inmigrantes frente a la estación de Westbahnhof y exigieron justicia por la muerte de 71 personas que la semana pasada viajaban en un camión refrigerador y, según las primeras autopsias, se asfixiaron.

El vehículo, que salió de la frontera austro-húngara, fue abandonado en una autopista con dirección a Viena, por lo que este lunes la policía austriaca reforzó la inspección de transportes de carga, provocando un congestionamiento de 25 kilómetros.

En este contexto, trascendió que migrantes procedentes de Siria y la región del Mediterráneo encontraron una ruta inaudita a través de Rusia hasta un lejano cruce fronterizo en la región ártica con Noruega, realizando parte del trayecto en bicicleta.

El inspector de la policía Goeran Stenseth señaló que 151 personas han cruzado la frontera este año cerca del poblado noruego de Kirkenes, 2 mil 500 kilómetros al noreste de Oslo. Los migrantes usan vehículos motorizados, aunque algunos lo han hecho en bicicleta, ya que el paso hacia Storskog no está abierto para personas a pie, según el acuerdo fronterizo entre Noruega y Rusia.

La canciller federal alemana, Angela Merkel, pidió a los estados europeos que compartan la responsabilidad de los asiáticos y africanos que buscan asilo, en alusión a los países que se han resistido a cooperar, como Eslovaquia, República Checa, Hungría y Polonia.