l presidente Enrique Peña Nieto presenta hoy su tercer Informe de gobierno y uno de los componentes del mismo que generan la mayor expectación es el que se refiere al presente y el futuro económico del país. Desde luego estos temas preocupan y tienen en el filo de la butaca a todos los mexicanos. La preocupación se alimenta principalmente de un entorno económico internacional muy desfavorable por la reducción de los precios internacionales del petróleo y la depreciación del peso frente al dólar, entre otros elementos. Lo anterior ha obligado a una reingeniería en materia presupuestaria, que dará lugar a un Presupuesto de Egresos de la Federación base cero
para 2016, el cual hasta ahora está colmado de incógnitas, excepto una… será austero. Yo me referiré aquí a las expectativas que ante este panorama surgen en las áreas de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI).
Sobre lo anterior hay hechos y hay suposiciones. Los primeros no necesitan esperar a 2016. Son los ajustes en el presupuesto que ya se han realizado durante 2015 como efecto del panorama económico descrito. El recorte en este año todavía no puede cuantificarse con precisión, pues hay que esperar a las cifras oficiales, pero para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ha significado una reducción en 900 millones de pesos la cual ha sido, hasta cierto punto, manejable, considerando que sus recursos se habían incrementado entre 2014 y 2015 en 5 mil millones.
Pero el presupuesto del Conacyt representa menos de la mitad del gasto del gobierno federal en CTI; el resto se distribuye entre diversas secretarías de Estado (un esquema cuyos beneficios empiezan a parecer dudosos). No sabemos con precisión qué ha pasado ahí, pero algunos signos son preocupantes: en el ámbito de la Secretaría de Educación Pública, por ejemplo, una de las instituciones científicas emblemáticas del país, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) ha sufrido este año una considerable e injustificada reducción en sus recursos. En el área de la Secretaría de Salud, como otro ejemplo, la investigación en los Institutos Nacionales de Salud también ha sido afectada de manera importante por el recorte de 2015. Así es como, bajo el signo de la incertidumbre, llegaremos al presupuesto base cero
para 2016, el cual será enviado a la Cámara de Diputados antes del 8 de septiembre.
Hoy mismo, durante la presentación del tercer Informe, si bien se reconocerá que nuestro país vive un momento económico difícil, el tono será muy optimista, como puede anticiparse por lo que adelantó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, durante la reunión que sostuvo este viernes con los senadores de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista de México: a pesar de la reducción de los precios del petróleo y la depreciación del peso, nuestro país está creciendo más que el promedio de naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y que la mayoría de las economías de Latinoamérica. Lo anterior se explica, según el doctor Videgaray, por un crecimiento del mercado interno, una diminución del desempleo, baja inflación e incremento de la captación tributaria, entre otros factores. Pero en medio de tantas buenas noticias, hay un hecho claro: el gobierno se apretará el cinturón
y el presupuesto para 2016 tendrá ajustes a la baja.
En el caso de la CTI no puede negarse que hay signos alentadores. Luego de la diseminación de distintas versiones sobre la reducción del presupuesto a las universidades públicas en 2016, el secretario de Hacienda –quien ha estado muy activo apagando fuegos
– se reunió el jueves pasado con los rectores agrupados en la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), ante ellos recordó el compromiso del presidente Peña Nieto con la educación y afirmó que la inversión en educación superior continuará siendo una prioridad para el gobierno aun en el contexto de la reducción de los ingresos públicos por la caída de los precios del petróleo. El efecto fue inmediato y llenó de optimismo a este sector, al grado que en algunas universidades se asegura que en 2016 sus presupuestos no serán tocados.
En la misma reunión, de acuerdo con el comunicado conjunto Hacienda-Anuies, Videgaray señaló que se fortalecerá la inversión en ciencia y tecnología, como factor clave para alimentar el desarrollo del capital humano del país y potenciar la capacidad de las universidades, instituciones de educación superior y centros de investigación para generar bienes y servicios con alto valor agregado
. Si esto es así, en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2016, CTI deberán salir fortalecidas. La respuesta la tendremos en muy pocos días.