Duarte y su animadversión a la prensa
os municipios panistas Boca del Río y Orizaba serán recordados por levantarle estatuas a Vicente Fox y a Porfirio Díaz, respectivamente, aun cuando ambos actos eran rechazados por la mayor parte de los ciudadanos. El gobierno priísta de Javier Duarte por su lado, aunque no se inscribe en ese propósito de instaurar un nuevo panteón de héroes nacionales
, confronta la cresta de su conflictiva apreciación de las relaciones entre prensa y poder, tema que explica en cierto sentido el rumbo por el que esta decidiendo cerrar su administración. Por eso la develación ayer en Orizaba de la estatua de Porfirio Díaz resulta paradigmática y sintetiza el momento del régimen veracruzano en su nexo con grupos, activistas sociales, intelectuales, escritores y sobre todo con un sector de la prensa a la que se etiqueta como adversaria sólo por dar cuenta de lo que a diario sucede en la entidad.
Mientras el nostálgico alcalde orizabeño Juan Manuel Diez Franco, seguro admirador del general franquista José Millán Astray y Terreros, recordado por el lema Viva la muerte, muera la intelectualidad traidora
, advierte a los antiporfiristas que si tumban la estatua del oaxaqueño la volverá a levantar cuantas veces sea necesario, el gobierno duartista emprende una campaña en desagravio del gobernador Duarte, quien afirmó que el linchamiento
que lo culpabiliza del multihomicidio de la colonia Narvarte es un atentado a la misma sociedad veracruzana a la que representa en su carácter de mandatario.
Ríspido desde un inicio el vínculo con los medios, aun antes de los trágicos hechos que costaron la vida a 14 periodistas en unos cuatro años, fue alentado por un círculo interno de colaboradores, enceguecido por el poder y el manejo de los recursos públicos a su total discreción. Visibles los consejeros y funcionarios corresponsables de la imagen pública gubernamental, mantienen notable influencia en la toma de decisiones por lo que el cierre de la gestión duartista parece encaminarse a un inédito nivel de confrontación.
En días anteriores, el médico-policía-periodista-político Juan Antonio Nemi Dib desestimó el asesinato de 14 periodistas, pues son poquitos
si se compara en el universo de 8 mil trabajadores de medios en la entidad. Ayer, el secretario de Gobierno, Flavino Ríos, advirtió que están pensando demandar por daño moral a quienes culpan a Javier Duarte por los homicidios de Rubén y cuatro mujeres. Así que, ni modo, hay que portarse bien.